Es curioso como esta pedanía del Poniente Almeriense que, a día de hoy, cuenta con más 16.000 habitantes, no tiene ayuntamiento propio. A los locales se le suman miles de turistas nacionales y de otros países del extranjero que abarrotan sus playas de arena dorada en época estival. En cualquier caso, todo ello guarda una explicación y, es que, Aguadulce pertenece al término municipal de Roquetas de Mar.

Sin embargo, lo que no todos los vecinos de esta pedanía conocen es que fue declarado el primer Centro de Interés Turístico Nacional de España en 1964, lo que propició su urbanización y atrajo inversión pública y privada, transformándolo de un humilde pueblo de pescadores en un núcleo turístico consolidado. 

Durante décadas, solo había sido un refugio de familias adineradas y de pequeños agricultores que habitaban cortijos aislados sin llegar a formar un pueblo. Pero fue a partir de entonces cuando todo cambió con la construcción de 'El Andaluz', que puso en escena sesenta apartamentos de lujo distribuidos en trece plantas rematadas por un ático.

Aguadulce, el primer precursor del turismo español

A principios de la década de los setenta, sello del gran esplendor turístico y bajo el lema "Almería, espejo del mar, cuna del sol", surgió el primer gran edificio sobre la playa: 'El Andaluz', una obra de catorce plantas del arquitecto Pedro Bertiz, que cuando se inauguró, en enero de 1966, era el más alto de la provincia. 

En él estuvo alojada durante varias semanas la actriz francesa Brigitte Bardott, cuando vino a rodar la película Shalako. Luego, en Roquetas de Mar, en 1967, con 100 hectáreas y 6.000 plazas, empezaron a aflorar establecimientos como el Hotel Roquetas, Sabinal, Zoraida o el Alis, junto a apartamentos y bungalow y discotecas como Apocalipsis.

Además de la construcción de 'El Andaluz', la obra más carismática de aquellos inicios del Desarrollismo en Aguadulce fue la del Hotel Meliá. Era necesario un centro hotelero de lujo porque no existía ninguno en la capital ni en los pueblos cercanos. Los trabajos se iniciaron en el año 1965 y fue inaugurado el 14 de noviembre de 1966 por el ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne.

Símbolo de estatus entre los propios almerienses

En apenas un lustro, el apacible caserío marinero entre Roquetas de Mar y Almería se convirtió en una gran urbanización costera donde muchos almerienses invirtieron sus ahorros para comprarse una segunda vivienda, su casa de verano. Tener un apartamento en Aguadulce te daba un poderío.

Pero antes de que esto ocurriera, Aguadulce se trataba más bien de un lugar remoto que por aquel entonces se encontraba separado de la civilización por la caótica y sinuosa carretera del Cañarete que convertía cada viaje a la capital en una más que peligrosa aventura. 

Un remanso de paz espiritual que antes del boom de la construcción de la década de los setenta, se llenaba todos los veranos de seminaristas que venían de los pueblos interiores invitados por la Iglesia para pasar unas semanas de recogimiento y de contacto con la naturaleza.