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La joya encendida de la Alpujarra: vuelve la Noche de los Candiles de Almócita

Diputación colabora con el Ayuntamiento en una cita consolidada en el Calendario Cultural de la Provincia

La noche de los candiles en Almócita.

La noche de los candiles en Almócita.La Voz

Marina Ginés
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Hay noches que se escriben con fuego en la memoria, noches en las que el tiempo parece detenerse y el corazón late al ritmo antiguo de la tierra. Así es la Noche de los Candiles en Almócita, este pequeño y encantador rincón de la Alpujarra almeriense que, año tras año, se convierte en escenario de un ritual de luz, memoria y comunidad.

Esta celebración, única y profundamente arraigada, no es simplemente una fiesta popular. Es una ofrenda viva al pasado, un tributo encendido a las raíces moriscas que aún laten en las piedras del pueblo. Durante siglos, la Alpujarra fue refugio de la cultura árabe, y en esta noche especial, Almócita honra aquella herencia encendiendo miles de candiles: humildes antorchas de aceite que, antes de la electricidad, eran la única forma de iluminar hogares y calles.

Cada rincón de Almócita se transforma. Las estrechas callejuelas empedradas se visten de sombras danzantes y resplandores cálidos. No hay luz artificial, solo la llama viva de los candiles, que nos devuelve a una época donde la oscuridad no era temida, sino respetada y celebrada. Es un ambiente mágico, casi onírico, donde las estrellas parecen bajar del cielo para unirse a la celebración.

La jornada del sábado 3 de mayo comienza a mediodía con la apertura del mercadillo artesano, donde los visitantes pueden descubrir productos locales y creaciones únicas que destilan el alma de la Alpujarra. A las 13:30, la música irrumpe con un concierto de mediodía que da la bienvenida al ambiente festivo, mientras el aroma de las tapas y los dulces tradicionales se mezcla con la brisa de la sierra.

Por la tarde, a las 17:00, se celebra un entrañable taller familiar de reciclaje, titulado Crea tu luz, que une creatividad, conciencia ambiental y el legado de la iluminación tradicional. Una hora después, a las 18:00, arranca una ruta guiada por los espacios simbólicos de los candiles, una invitación a descubrir la historia íntima del pueblo a través de sus luces.

Pero es cuando cae la noche cuando Almócita se convierte en pura poesía encendida. A las 21:45, se apagan las luces eléctricas y se inaugura oficialmente la celebración frente al candil más grande del mundo. El silencio se llena de expectación, roto solo por el chisporroteo del fuego. A las 21:55, un pasacalles de fuego y una danza contemporánea invocan a los espíritus de la tierra, entre sombras vivas y movimientos etéreos.

A las 22:20, en las eras del pueblo, se representa un ritual pagano de primavera que nos conecta con los ciclos naturales y las antiguas creencias. Y desde las 22:45, la música toma las plazas. Diferentes escenarios ofrecen conciertos simultáneos, tanto en el espacio principal como en la Plaza de los Polos, inundando de sonidos el aire perfumado por la noche.

La promotora cultural Marta Cañete ha destacado que esta edición mantiene intacto el espíritu de siempre, con un programa que equilibra la tradición con propuestas artísticas contemporáneas, fiel al alma del evento.

El alcalde de Almócita, Francisco García, ha subrayado la importancia de esta cita, que nació como una actividad de sensibilización durante la Semana Europea de la Energía y que hoy es mucho más: un canto al consumo responsable, al desarrollo sostenible, y a la belleza de vivir en comunidad.

La vicepresidenta de la Diputación, Almudena Morales, ha reconocido el trabajo invisible de todos aquellos que hacen posible esta noche mágica: "Es cultura con alma, y eso transforma. Apostamos por ella porque la cultura es riqueza, especialmente en territorios como la Alpujarra, donde queremos combatir la despoblación y garantizar futuro".

La Noche de los Candiles es una experiencia que trasciende lo visual. Es un reencuentro con lo esencial, un paseo por la memoria de un pueblo que ha decidido no olvidar su luz. Porque en Almócita, en esa noche de mayo, cada llama encendida no solo ilumina las calles: también enciende el corazón de quienes tienen la fortuna de vivirla.

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