La Voz de Almeria

Cultura

Tomatito y su hijo José del Tomate llenan de arte el balcón del 'Chupinazo' de San Fermín

El guitarrista almeriense abre el festival 'ON FIRE' de Pamplona con un concierto desde el balcón del Ayuntamiento

Tomatito y José del Tomate en plena actuación desde el balcón del Ayuntamiento de Navarra.

Tomatito y José del Tomate en plena actuación desde el balcón del Ayuntamiento de Navarra.Víctor Navarro

Víctor Navarro
Publicado por

Creado:

Actualizado:

La Plaza del Ayuntamiento de Pamplona vivió el pasado sábado un mediodía de júbilo que parecía preludiar unas fiestas. No era San Fermín, aunque la expectación era semejante: centenares de personas abarrotaban el lugar, turistas y aficionados al flamenco, familias enteras, expectantes a que el José Fernández Torres 'Tomatito' hiciera aparición en el balcón del chupinazo. A las doce en punto, bajo un cielo benévolo y una temperatura amable, la cita prometía algo más que música: prometía rito.

En el interior del Consistorio, ese rito se cumplía con gesto íntimo. José del Tomate, guitarrista y heredero natural de la saga, repasaba con esmero las uñas de su padre. En el flamenco, ese detalle, invisible para la mayoría, es tan crucial como la afinación de la guitarra.

Padre e hijo compartían así el instante previo a la salida, en una escena que condensaba la continuidad de una dinastía. Cuando Tomatito se asomó al balcón, la ovación fue atronadora. Humilde, casi tímido, saludó antes de dejar que hablara lo único que de verdad importa: la guitarra. Y lo hizo invocando a Camarón de la Isla con La leyenda del tiempo, aquella pieza inmortal que ambos grabaron, junto a otros artistas en 1979 y que cambió para siempre la historia del flamenco. Un disco entonces incomprendido, hoy venerado, que rompió moldes al abrazar el rock, el jazz y la poesía de Lorca sin traicionar el alma jonda

El cuadro

Tras ese arranque icónico, el cuadro que lo acompañaba —José del Tomate a la segunda guitarra, Morenito de Íllora y Kiki Cortiñas al cante, El Piraña al cajón, y a las palmas Cristóbal Santiago y El Pescao— se lanzó por bulerías. Fue entonces cuando la Plaza Consistorial se convirtió en un tablao abierto: palmas encendidas, compás trepidante y un público que respondía con jaleos y sonrisas.

No es la primera vez que Tomatito y su hijo compartían este balcón emblemático: en ediciones anteriores de Flamenco On Fire ya habían regalado sus rasgueos y falsetas al público pamplonés. El balcón del Ayuntamiento, convertido en escenario particular del festival, es ya un espacio que ambos conocen bien y donde cada aparición adquiere un carácter íntimo y especial.

Su presencia allí fue, además, el preludio a la gran cita del Flamenco On Fire, donde Tomatito actuó la noche del 31 de agosto, confirmando su condición de figura imprescindible de la guitarra flamenca contemporánea. Abajo, el público respondió con palmas y vítores.

tracking