Cuando comenzó a desplegarse el telón tras la marcha de Don Giovanni camino de su fatal destino, el sueño se había cumplido y el Auditorio de Roquetas se ponía en pie para desatar una interminable ovación, que arreció conforme el escenario se iba poblando de los artífices de esta hazaña.

La representación prácticamente íntegra de esta célebre ópera de Mozart alcanzó las expectativas de cuantos la han hecho posible y del público que llenó el Auditorio de Roquetas.
 
El Don Giovanni  hecho en Almería se asentó sobre la dirección musical del almeriense Emilio Fenoy, cuya poderosa y emotiva batuta hizo que desde el foso emergiera la música mozartiana en todo su esplendor, para engarzarse en las voces de los cantantes y del coro. El excelente trabajo de Fenoy fue el perfecto colofón de la integral de Mozart desarrollada por la Orquesta FIMA (Fundación Indaliana para la Música y las Artes), a lo largo de un buen número de meses.  Sin duda, el intenso y extenso programa de conciertos incluido en este ambicioso proyecto ha influido en la soberbia interpretación de Don Giovanni. Emotiva en los pasajes más sentimentales, luminosa en los jocosos y profunda y grave en la fatalidad. Brillante siempre.

Protagonistas
José Julián Frontal (Don Giovanni) y Ricardo Llamas (Leporello) conformaron una pareja de voces perfectamente ensambladas, aportando además una rica experiencia operística que quedó patente desde el primer cuadro. Ambos, barítono y bajo,  aunaron un nivel técnico excelente en estos papeles de reconocida dificultad, con una desenvuelta capacidad interpretativa como actores.

Cristina Bayón  aportó a su Donna Elvira todo el talento que la acredita como una voz de primer nivel. Así lo reconoció el público en alguna de sus arias, aplaudiendo a la soprano.

La representación almeriense en el reparto constituyó uno de los capítulos más emotivos de la representación, por cuanto María Jesús García, con una bellísima interpretación de Donna Ana y Juan de Dios Mateos en Don Ottavio, reyaron a gran altura,  dentro del altísimo nivel general de la representación. La otra pareja del reparto, Laura Sabatel, Zerlina, y Pablo Gálvez, Masetto, derrocharon frescura y temperamento en sus voces, acordes con los cambiantes matices de sus personajes.

El bajo Carlos García Ruiz, completó con su fundamentada voz un personaje, il Commendatore, que pese a su corta participación, viene a jugar un papel decisivo en el diálogo con don Giovanni que acaba resolviendo la pieza.

Merece se destacado de forma muy especial el coro de este montaje operístico, en cuya conformación ha intervenido de forma significativa el de la Orquesta Barroca de Roquetas, además de alumnos y ex alumnos del Real Conservatorio Profesional de Música de Almería. Su intervención ha constituido un ejemplo de entrega, a la que se ha sumado un completo plantel de figuración vinculado a la Escuela Municipal de Teatro de Roquetas.

Escena
Este Don Giovanni ha sido concebido en su dimensión escénica por un auténtico especialista que se ha dejado la vida en esta producción. Curro Carreres ha plasmado una concepción depurada del eterno Don Juan, partiendo de una contextualización intencionada en la España de los años 30. Este anacronismo le ha permitido enfocar la acción dramática a través de una visión más cercana al conflicto entre clases que en los tópicos que siempre rodean a este mito.

Carreres dejó que su sensibilidad aportara unos toques de subrealismo, muy en boga en la época y colocó un marco luminoso en el proscenio cuyos colores cambiantes distinguían lo terrenal de lo sobrenatural . Ayudado por uno de los mejores iluminadores, como es Eduardo Bravo, por la labor intachable del regidor Óscar Lobete y la asistencia de Pelayo Rocal, Carreres ha situado  este proyecto entre las representaciones operísticas del máximo nivel.

Producción
Sacar a delante una producción operística de esta calidad sin contar con amparo económico, ya sea  institucional o privado, parece imposible. Pero no lo es. Eso lo sabe ahora muy bien Pablo Mazuecos, artífice de este proyecto, que se deshace en elogios hablando de cuantos han intervenido en él y que lo han hecho posible con sus aportaciones personales y económicas. Mazuecos dice haber “cumplido cinco años” en los meses que ha durado el  montaje y que se siente extremadamente feliz del resultado, agradeciendo también a la Concejalía de  Cultura de Roquetas el apoyo que ha prestado.