El dios bello de Almería cumple 40 años
Una muestra recoge los principales hitos del descubrimiento de esta escultura romana en Los Vélez

Trabajadores y arqueólogos que descubrieron el Chiribello, en el centro de la imagen, en 1985.
Brotó de las entrañas velezanas, joven y terso, a pesar de llevar 20 siglos bajo tierra; fue interrumpido su sueño, el sueño de un Dios adolescente, blanco como el mármol, por un peón del antiguo Plan de Empleo Rural que trabajaba a las órdenes del arqueólogo Julián Martínez el último día de julio de 1985. Era una excavación de urgencia, en en el yacimiento de El Villar de Chirivel, junto a lo que fue parte de la Vía Augusta de la época de la Roma imperial.
Eran trabajos relacionados con la A-92 los que se llevaban a cabo cuando apareció esa estatua, ese dóncel níveo que fue bautizado como el Chiribello por el rápsoda local Julio Alfredo Egea y que despertó desde el primer momento el intéres de expertos en patrimonio colocando a Chirivel en el mapa de los hallazgos arqueológicos del sur peninsular. Ese mozo bello, sin brazos, junto al tronco de un árbol, que apareció con la cabeza degollada, posa ahora en el Museo de Almería, aunque hay réplicas en una plaza de su pueblo del mismo nombre y en la Plaza España de Macael.
Representa a Dionisos o a Baco, tanto monta, la divinidad de la vid y del vino, y de los excesos juveniles y desde su aparición es el símbolo por antonomasia de Chirivel y uno de los iconos preclaros de la comarca serrana de Los Vélez.
Desde el primer examen de la pieza, de unos 130 centímetros de alto, se comprobó que está realizada con una depurada técnica escultórica que podría corresponder a un taller de la época imperial romana, en torno al siglo II-III.
Para conmemorar los 40 años del hallazgo, se ha inaugurado en el Museo Comarcal Miguel Guirao de Vélez Rubio la exposición “El despertar de un dios”, Al multitudinario acto cultural en el patio del Museo, acudieron gentes de dentro y fuera de la comarca, muy especialmente, la viuda y familia de uno de los directores de la excavación de 1981, José Ramón Ramos Díaz, cuyo valioso fondo documental ha sido puesto a disposición de los organizadores de la exposición y ampliamente reproducido en paneles y audiovisuales. Una de sus hijas, Cecilia, intervino en nombre de su familia para poner en valor el apasionado trabajo fotográfico de su padre.
Entre los numerosos asistentes se encontraba una nutrida representación del Paso Blanco y el Paso Azul de Lorca, que han cedido dos mantos bordados de César y Baco y la indumentaria completa de 4 soldados romanos. También, Julián Martínez García, uno de los directores dela excavación del verano de 1985 en el Villar; Andrés Pérez Pérez, de Sorbas, que ha cedido material de yeso almeriense como el que se utilizaron los romanos.
Se destacó la espléndida coincidencia entre los 40 años del Chiribello y los 30 del Museo, “que nos permite celebrarlo en hermandad y junto al Día Internacional de los Museos 2025, este año bajo el lema “El futuro de los museos en comunidades en constante cambio”; resaltando la labor de los científicos y “las informaciones de vecinos, donantes y conocedores locales que ayudan a conformar una idea más precisa de la Antigüedad.
El deseo del Museo y los vecinos de Chirivel es que la muestra sirva de acicate a los responsables científicos, políticos o ciudadanos para estimular nuevas acciones sobre el rico yacimiento arqueológico del Villar, cuyas aportaciones arqueológicas serán de extraordinario interés para la ciencia y para la propia comarca de los Vélez.
Han colaborado en la Muestra el Ayuntamiento de Vélez Rubio y Chirivel; Museo Casa Ibáñez, obra propia de Andrés García Ibáñez; museos del Paso Azul y el Paso Blancode Lorca, bordados e indumentaria romana; David Alcázar y Andrés Martínez (gestión); Museo de Adra, piezas arqueológicas;Javier Sánchez Real (gestión); Biblioteca de Diputación de Almería, prensa y revista; Pedro Carricondo y Juan Oliver, patrocinadores; Pedro Pérez Hita, pieza arqueológica de Topares; familia de José Ramón Ramos Díaz, colección fotográfica; Cruz Ramos, digitalización; Antonio Egea, testimonios y piezas arqueológicas; Cándida Martínez López, textos y pieza arqueológica; Julián Martínez García, testimonios; Manuel Salas Barón, piezas arqueológicas; Modesto García Jiménez, testimonios; Carmen Mellado Sáez, testimonios; Sergio Fernández Cervilla, gestión en Museo Almería; Carmen Gómez Ballesteros, Andrés García Ibáñez, Basilio Ruzafa, Juan Mar, Julio Egea López, obra artística; Antonio Sánchez Guirao (director del Museo), Miguel Castillo, Antonio Giner, Pedro Antonio, Juan Carlos Carra, Luis Martínez y Beatriz Soriano, tareas de transporte, diseño y montaje.