Una almeriense en Tomorrowland: “Ha sido la mejor experiencia de mi vida”
La abderitana Estefanía Rodríguez ha sido tatuadora oficial del festival más grande del planeta

Estefanía Rodríguez haciendo un tatuaje en Tomorrowland.
Todo el mundo ha escuchado hablar alguna vez de Tomorrowland, el espectacular festival que se celebra en el municipio belga de Boom desde el año de 2005. Ir a este evento, que congrega cada edición a más de un millón de personas de más de 200 nacionalidades distintas, es el sueño de los amantes de la música electrónica, pero también de cualquier persona que busca vivir una experiencia única en un ambiente de decibelios, magia y fantasía, en la que baila tanto el cuerpo como la mente. Una joven almeriense tuvo la oportunidad, a finales del pasado mes de julio, de poder vivir este festival desde sus entrañas, trabajando como tatuadora oficial del festival más grande del planeta.
Natural de Adra, Estefanía Rodríguez Lidueña mandó a principios de este verano una solicitud junto con una muestra de su trabajo a la organización. Pasó una semana y llegó a pensar que no había pasado el corte, pero pocos días después recibió la confirmación de que había sido seleccionada para formar parte del privilegiado equipo de veinte tatuadores, de diferentes partes del mundo, que grabaron a golpe de aguja y tinta sobre la piel de cientos de asistentes los tatuajes oficiales del Tomorrowland.
Una aventura espectacular
"No me lo creía", asegura la abderitana de 30 años de edad recordando el momento en el que supo que viajaría a Bélgica. En ese mismo instante que dio comienzo una enriquecedora aventura que jamás olvidará. Preparó su maleta y puso rumbo a Tomorrowland, festival con nada menos que 16 escenarios distintos por los que pasaron un total de 750 artistas. "Fui con algo de miedo, iba yo sola a un evento gigante al que van miles de personas. No tenía ni idea de lo que me podía encontrar, pero todo fue espectacular, sobre todo el ambiente. Si me dijesen hoy mismo de volver, me iría sin dudarlo", admite la almeriense, que estuvo en tierras belgas del 26 al 31 de julio.
Música, luces y color hacen de este festival, que se dividió en dos fines de semana, todo un parque temático en el que se despiertan los sentidos a cada paso debido a su espectacularidad. "No soy de este tipo de música, pero visualmente ya es todo un espectáculo, una locura. El ambiente con mis compañeros fue maravilloso. Ha sido la mejor experiencia de mi vida", detalla la tatuadora, a la que le sorprendió muchísimo "el detalle con el que está preparado todo". En este sentido, recuerda que "ya en el aeropuerto te recibe una chica vestida con temática de Tomorrowland con un globo" y que, a la vuelta, "te despide con música un 'deejay' antes de subir al avión".
En el corazón de Tomorrowland
Desde las 9:30 de la mañana el equipo de tatuadores, divididos en dos estudios distintos, se ponían manos a la obra. "No te podría decir exactamente la cantidad de personas que pasaron por ahí el fin de semana para tatuarse, pero yo haría como unos cien tatuajes", asegura. El primer día terminó de tatuar a las 17:00 y el segundo casi a las horas, horarios que no privaron a Estefanía de disfrutar de las diferentes actuaciones del festival y poder vivir una completa experiencia de su paso por Tomorrowland, cuyas entradas y packs rondan desde los 109 euros (la más básica, para un día) hasta los 40.000 que cuesta aproximadamente alquilar la Mansión.
"A nivel personal ha sido una experiencia increíble y a nivel profesional me quedo con el trato entre compañeros, poder conocer el trabajo de tatuadores de todo el mundo", recalca la artista de Adra, que también detalla que "todos los trabajadores de Tomorrowland estábamos en un camping independiente, con tiendas de campañas gigantes, todo limpísimo". No hay nada negativo en la aventura de la tatuadora en un festival al que medio mundo sueña con poder ir algún día, pero solamente unos pocos lo pueden hacer como parte del 'staff' oficial, como es el caso de la almeriense.
Tatuando desde 2019
Estefanía Rodríguez lleva más de un lustro tatuando. Antes trabajaba en una tienda de aparatos electrónicos, pero siempre le ha encantado dibujar y un día su expareja le dijo que por qué no tatuaba. Esas palabras despertaron la inquietud de la joven abderitana y empezó a ver vídeos y a mirar materiales. Tomó la decisión de ir a un seminario de iniciación en Madrid.
Aunque actualmente está especializada en realismo, hace tatuajes de otro tipo como lineal o puntillismo. Tras haber tenido dos estudios en diferentes ubicaciones, el primero precisamente en el local de productos de electrónica en el que trabajó, la almeriense vuelve a mudarse y tiene previsto abrir, a finales de septiembre, las puertas de uno nuevo en el que también habrá barbería. Estará en la avenida principal de su pueblo natal, Adra, hogar al que Estefanía vuelve llena de alegría e inspiración, de ganas por seguir creciendo profesionalmente, después de vivir la que, hasta el momento, ha sido la mejor experiencia de su vida. Tiene muy claro que tatuar es su pasión: "Me encanta, se me pasa el tiempo volando, no lo considero trabajo".