Desde la sencillez más respetuosa, la compañía de la Federación Almeriense de Teatro Aficionado (FEALTA) puso en escena en la noche del pasado viernes la inmortal obra de Zorrilla, Don Juan Tenorio.
El lugar elegido para esta representación fue el Centro Vecinal de Los Molinos, que acaba de convertirse en un ilusionante contenedor de proyectos culturales bajo la denominación de ‘La casa encantada’.
La adaptación y dirección de este Tenorio, que corrió a cargo de Mariano Sopedra, consistió en una lectura dramatizada con vestuario y atrezo, a medio camino entre el teatro leído y la representación convencional.
Todo los actores que dieron vida a esta pieza insustituible del teatro español, mostraron desde su condición de aficionados un encomiable respeto por esta joya dramática, poniendo todo su empeño en sacar adelante a sus respectivos personajes.
Modesto Expósito derrochó intensidad dramática y convincente credibilidad, encarnando a Don Juan y  María José López se esforzó en que su Doña Inés fuese tan inmaculadamente tierna como exigía el guión.  Igualmente, el resto del reparto aportó entrega e ilusión suficientes.
Se palpaba en el ambiente la sensación de que, con independencia de otras consideraciones, la compañía estaba asumiendo la recuperación de una tradición ligada a los primeros días de noviembre, que durante muchos años sirvió de base a grandes montajes teatrales y a infinidad de iniciativas de teatro aficionado por toda España. Así fue en otra época, con el protagonismo añadido de la televisión, que cada primero de noviembre sentaba a toda España delante del receptor para ver a los actores del momento encarnar a Don Juan y a Doña Inés. A fin de cuentas, teatro para todos.
Don Juan Tenorio no sólo es un clásico teatral, sino que ha representado desde siempre, como parece suceder en este caso, una escala obligada para muchos actores, ya sean aficionados o profesionales.
FEALTA ha aportado con este montaje, esta doble vertiente: recuperar una tradición y compartir la experiencia de dar vida una vez más a uno de los mitos más arrebatadores de la literatura  en castellano, desde El convidado de piedra hasta el Don Juan de Zorrilla.  Toda esa responsabilidad recayó sobre los hombros de los actores y de la dirección del montaje sin que las carencias le ganaran la partida a las virtudes. Don Juan Tenorio es teatro en estado puro y esta compañía de aficionados ha hecho posible en  esta ‘casa encantada’ que la esencia de la obra prevaleciera más allá de las limitaciones del espacio y del presupuesto.