Dos obras y un Mundial. UD Almería y RC Deportivo persiguen los mismos objetivos esta temporada tanto en el campo como en los despachos, pero tienen un problema común: los estadios. El Mediterráneo sigue pendiente de la remodelación integral y Riazor es foco de debate entre club e instituciones. Mientras las afición rojiblanca espera la comparecencia pública del director general, Mohamed El Assy, para confirmar que el proyecto sigue en marcha y en los plazos previstos; en A Coruña temen que Vigo les arrebate la sede del Mundial 2030.

Empezando por Almería, la Fase 2 del Mediterráneo -actualmente con capacidad para 18.331 espectadores- debería empezar en junio de 2026 si se toman como referencia las palabras de El Assy en enero de este mismo año: “Toda la inversión económica de la temporada será para el desarrollo de la Academia y en la siguiente nos centraremos en una obra más compleja como la del estadio”. La eliminación de las pistas de atletismo se irá haciendo por zonas para evitar tener que desplazarse a otro campo y minimizar las molestias a la afición.

El Almería obtuvo la concesión del Mediterráneo el 2 de agosto de 2021 por un plazo de 25 años, y el Ayuntamiento confirmó: “Deberá continuar con los trámites para iniciar unas obras de modernización en las que invertirá más de 15 millones de euros”. Si la documentación técnica llega según lo estipulado, las máquinas trabajarán en verano del año próximo, pero para tranquilizar a sus abonados y simpatizantes, se espera una rueda de prensa de El Assy con el objetivo de poner encima de la mesa todos sus planes y cumplir con ese estadio sin pistas y con 25.000 asientos.

Los rojiblancos llevan desde 2004 en el Mediterráneo tras el adiós al Juan Rojas; durante más de una década hubo gradas supletorias en los fondos y en 2023 se retiraron para dar celeridad a unas obras que no llegaron por el descenso a Segunda. Próximo reto: máquinas trabajando en 2026.

El Almería obtuvo la concesión del Mediterráneo en 2021 por 25 añosLa instalación pasó a manos del club rojiblanco

Hay lío en A Coruña

El Deportivo recibe al Almería este sábado (16:15 horas), y Riazor también aparece en la hoja de ruta de directiva y ayuntamiento. La ciudad fue elegida como una de las once sedes para el Mundial de Fútbol 2030 y la FIFA dio el visto bueno, pero club y autoridades necesitan avanzar para acometer el proyecto de reforma del estadio, que todavía no se ha licitado y estaría por encima de los 100 millones de euros. El retraso es considerable porque el plan es iniciar las obras antes de que termine 2026.

Riazor es de propiedad municipal pero el club no tiene claro el Mundial 2030

Massimo Benassi, consejero delegado del Deportivo, que preside Juan Carlos Escotet, fue contundente: “No nos han comunicado ni cómo se va a financiar la obra, ni cómo nos va a afectar ni a desarrollar”. A diferencia del Mediterráneo, Riazor sí es de propiedad municipal. FIFA quería que las licitaciones de A Coruña empezasen este verano y no hay luz verde.

El club duda y la obra es necesaria

El Deportivo presentó un proyecto de 5 millones de euros para adecuar Riazor, que tiene 32.490 butacas, pero no se contempla que tenga que ver con el Mundial 2030. De hecho, en la directiva no ven con buenos ojos que el aforo suba a los 40.000 espectadores, cantidad mínima exigida para albergar partidos de ese calibre. ¿Por qué duda el club? No ve necesaria esta intervención de calado y comprometería el equilibrio financiero, ya que con 28.000 abonados no habría forma de recolocarlos incluso si la remodelación empezase por zonas. Tampoco se ha contemplado la opción de un campo portátil como el Ibercaja, de Zaragoza.

A Coruña, si cumple con los requisitos, recibiría cinco partidos del Mundial 2030. Si Riazor no se reforma y no se llega a entendimiento entre club y ayuntamiento, Vigo es la mejor colocada para quedarse con la sede, pero también tendría que hacer una nueva obra en Balaídos.