Porque toda España es de su equipo y del Mirándes, toca cerrar el capítulo de una obra inacabada que va a tener continuidad en el tiempo. Un nuevo vestuario para una vieja aspiración con los mismos ingenieros; es la clave del éxito. Una comida final. Una foto para el recuerdo y la rueda del fútbol que no para, pasa por encima de todos: esto sigue señores. La ilusión del tercer presupuesto más bajo de la Segunda División se quedaba en el último suspiro de LaLiga. Unos jugadores que a día de hoy son los más jabatos de la historia se despedían para siempre. Ellos no van a volver y llegarán otros, firmados por los mismos que dieron vida a un sueño que se hizo largo y grande como el cariño de toda España hacia un club que ya es de todos. No lo tuvo fácil el Real Oviedo porque el Mirandés fichó muchos aficionados de todos los rincones del país para la causa.

Los Alfredos ya están manos a la obra para buscar los mejores futbolistas para el nuevo proyecto. El presidente de apellido de Miguel y el director deportivo: Merino. Ellos estaban en el centro de la mesa en esa comida de despedida para los mejores jabatos de la historia. Han dejado el listón muy alto, pero saben vivir con la presión de los 50 puntos y luego lo que toque. No se ha parado el molino de Anduva y toca encontrar nuevos futbolistas para los mismos objetivos. Ya lo de ir a Miranda de Ebro ha dejado de ser una aventura. Los futbolista salen revalorizados y no pocas carreras hoy consolidadas vistieron la camiseta del Mirandés solo una temporada: suficiente para aprender ese otro fútbol que se resiste a morir. Hasta trece jugadores cedidos salen de Miranda.

Entre dos Primeras

El Mirandés de Alessio Lisci estuvo cerca de caer a la 1ª RFEF y a punto de subir a Primera División. Con el mismo entrenador pero con distintos futbolistas el equipo jabato siempre sabe vivir lo que toca. Pelear por salvar LaLiga es un éxito y lo de la temporada próxima a terminar no tiene nombre. Todos tan felices por Oviedo como tristes por todos los rincones de España, por aquello de apuntarse en el Play Off a los jabatos. Porque cada uno es de su equipo y también del Mirandés, ahora lo que toca es seguir mirando hacia arriba y pasar la página de la decepción para ser más fuertes de cara al futuro. El club de Miranda de Ebro vive entre dos Primeras por fortuna para una afición que se adapta a todo. Sabe estar entre el jamón y la mortadela que les da el fútbol. El éxito del Mirandés es saber estar siempre donde toca con todas las consecuencias. Siempre unidos.

Entre dos Alfredos

No sería nada igual sin ellos. Hubo otros presidentes y otros directores deportivos, pero no como ahora que los dos se llaman Alfredo. El presidente es el que manda y lo está haciendo bien y le queda cuerda para rato. Sabe el terreno que pisa y no se le sube el fútbol a la cabeza. Ha sabido apostar por Alfredo Merino para que le haga una buena plantilla y que el fútbol lo coloque en su lugar. Dinero hay poco pero ambición: toda. Ellos afrontan el comienzo de la temporada jugando en Vitoria por las obras en Anduva. Tienen claro de donde vienen y lo que le van a exigir, como saben sus aficionados de memoria la filosofía del equipo jabato. Ha sido tan bonito que toca repetir con nuevos jugadores porque tarde o temprano esto tiene que acabar en Primera División.