Otra mañana de alegría la que pudo disfrutar el pasado sábado la afición almeriense presente en el Power Horse Stadium. Los pupilos de Rubi volvieron a mostrar su mejor cara para imponerse al Celta y conseguir tres puntos de platino que le alejan un poco más del infierno y confirman al cuadro almeriense como uno de los mejores de la categoría cuando de actuar como local se trata.

El balance de los seis partidos jugados en casa por los indálicos puede ser calificado de sobresaliente porque sólo ha cosechado dos derrotas, una de ellas frente al Real Madrid dando la talla y siendo el equipo que más problemas ha dado al cuadro merengue en sus desplazamientos hasta la fecha.

El segundo duelo perdido fue contra Osasuna, en la peor actuación de los hombres de Rubi ante su afición. Entre ambas derrotas un triunfo frente al Sevilla y en las tres últimas confrontaciones éxitos ante Rayo Vallecano, Girona y Celta. Tres triunfos de muchos quilates porque se han logrado ante rivales directos en la lucha por la permanencia.

La clasificación de la máxima categoría del fútbol patrio pone en valor el trabajo realizado por el equipo con el aliento de su gente ya que a día de hoy sólo tres conjuntos Real Madrid, Barcelona y Betis superan los números del Almería en los encuentros en los que son anfitriones.

Otra cosa bien diferente es cuando se trata de viajar, entonces los almerienses pierden un gran porcentaje de eficacia y se convierten en uno de los peores visitantes de la Liga con sólo un punto en seis encuentros.Para que la competición llegue al final de su primera fase que coincidirá con el inicio del mundial quedan por jugarse dos encuentros para los nuestros. El sábado venidero nos toca jugar en Barcelona ante el conjunto mal dirigido por Xavi y cerraremos en casa ante el Getafe el miércoles 9 de noviembre a las siete de la tarde, otro regalo envenenado del cacique Tebas que insiste en poner los encuentros del Almería como local en horario laboral.

En estos momentos, al sumar 13 puntos en 12 partidos, la media es de 1.08 puntos por encuentro. Con esta media el conjunto almeriense sumaría al final de temporada 41 puntos que le llevarían a seguir en Primera en la campaña venidera. Si los rojiblancos lograran vencer al Getafe en el Power Horse Stadium alcanzarían el parón con 16 puntos en 14 duelos. Lo soñado.

Además Rubi consigue que su equipo tenga ahora mismo un colchón de tres puntos sobre el infierno y eso es algo que debe dar tranquilidad y autoestima al cuadro almeriense para sus dos próximos compromisos. Y todo ello con un Almería que está en un buen momento y que confirmó ante el Celta las buenas sensaciones que transmitió ante el Villarreal, aunque al final cayera en la última jugada del partido.  La muchachada rojiblanca supera en al tabla al Celta, acrecentando la crisis en la que anda inmerso el cuadro gallego que puede llevar al cese de su entrenador.

Dirigió el partido el colegiado madrileño Del Cerro Grande que se estrenaba en Primera con el Almería. No era un partido fácil de pitar por lo mucho que se jugaban ambos contendientes por su condición de rivales directos. Hubo varias acciones y jugadas decisivas. La primera tuvo como protagonista a Gabri Veiga, el futbolista gallego, que había sido el autor del 0-1, vio cartulina roja directa en el minuto 31 por pisar la pierna de Robertone.

El colegiado no vio la acción en directo pero Martínez Munuera desde el VAR le recomendó que viera la secuencia y el árbitro internacional con buen criterio interpretó el pisotón como entrada brusca grave y le mostró la tarjeta roja. Pitó penalti por caída de Akieme en el área visitante, pero anuló la sanción por indicación del VAR, acertó. En consecuencia notable dirección de la pareja de colegiados.