Fiesta total en Lezama y también a 15 kilómetros de la Ciudad Deportiva. Amorebieta-Etxano celebró la primera victoria en la Liga Profesional de su historia después de ganar a la UD Almería un encuentro que se puso cuesta arriba con el golazo de Curro Sánchez a los tres minutos. El tanto de Íker Bilbao y la expulsión de Lucas Robertone pusieron aún más contra las cuerdas a los rojiblancos y cedieron casi al final con un gol de Obi revisado y validado por el VAR. En el banquillo se sentó Íñigo Vélez, el héroe del ascenso hace poco más de un año, y que dio una rueda de prensa muy emotiva por lo que suponía empezar a ganar: "Un día muy bonito y redondo. Nuestro primer partido como local en Segunda, primera victoria, cumplo 100 partidos en el club y todo fue redondo".

Misma línea

Aceptar que el Almería iba a ser protagonista en inferioridad fue otro pasito de gigante hacia la victoria. El Amorebieta no se fue decidido al ataque y permaneció fiel a las directrices de su entrenador, un Vélez que quiso felicitar a sus jugadores: "El equipo ha hecho bien su trabajo. Nunca va a ser fácil y menos contra el Almería. No nos volvimos locos y seguimos jugando igual contra diez. Ellos tomaron medidas en el descanso y creo que fuimos fieles a nuestro estilo y me alegra ganar de esta manera".

El premio

Recuerda que los malos resultados en Girona y Miranda de Ebro no le hicieron cambiar de opinión ni de sistema. Era cuestión de tiempo que llegaran las alegrías y tuvo que ser frente al Almería y en el debut en casa del club: "Es un regalo merecido por todo lo que habíamos hecho. Llevamos todo el verano convencidos del potencial, creyendo en la idea de juego, y ahora después de la victoria todo se magnifica más. Es un año difícil y somos conscientes de que debemos hacerlo bien para ganar".

La familia

Acudieron a Lezama 592 espectadores, una buena entrada teniendo en cuenta que la instalación está a 15 kilómetros. También el campo presentaba un aspecto sensacional y nada podía salir mal para el Amorebieta: "Jugar en casa nos da un empujón más. La plantilla deseaba encontrarse con la gente y sentir de cerca a los aficionados. Es una sensación diferente, exigente, de nervios, que se acentúa más con la acción del VAR".