Antes, mucho antes de que se presentara la crisis de resultados en la que anda inmerso el Almería, habían llegado las malas sensaciones. En la memoria de todos está el recuerdo del triunfo logrado en Almendralejo, el último, en un partido en el que el juego de los almerienses estuvo muy lejos de su mejor versión y en el que en muchas fases del juego los extremeños fueron mejores.

Después la afición disfrutó de una muy buena primera parte frente al Elche para a partir de ahí caer en picado en el capítulo de sensaciones. ‘El valor, se le supone’ . Ésta era la frase con la que se rellenaba el apartado sobre el «VALOR» que había en la Cartilla Militar que se le daba a los jóvenes españoles cuando hacían la mili, que era obligatoria para todos.

Aplicado al mundo del fútbol y más concretamente al colectivo de entrenadores la frase que se me ocurre aplicarles es que: ‘Los conocimientos, se le suponen’. Partiendo de esa base cabe pensar que José María Gutiérrez y su equipo de técnicos están capacitados para superar el profundo bache de juego y de identidad en el que anda sumido nuestro equipo.

Estimo que es necesario una cura de humildad, un análisis profundo de la situación, sin soberbia ni egoísmos, para adaptar los esquemas con los que afrontar los partidos a las características de la plantilla. Pero sobre todo hay que trabajar para conseguir que el equipo adquiera los automatismos de los que carece, para que haya más movimientos y desmarques que permitan facilitar la salida del balón, para conseguir una mayor efectividad en las acciones a balón parado buscando el jugador que mejor las ejecute y a los rematadores más efectivos.

Y hablando de trabajo nunca entenderé que entrenando hora y media durante cuatro o cinco días se pueda estar en condiciones físicas de afrontar dos horas a máxima intensidad, partido más calentamiento, en cada jornada.
Me preocupa la peligrosa espiral en la que anda inmerso nuestro equipo que le ha llevado a perder 3 partidos en casa, escenario en el que el equipo debería sentirse fuerte y confiado. Una espiral que lleva al fracaso. Regresar de vacío de tierras aragonesas podría llevar a medidas drásticas.