Érase una vez un equipo que siendo primero de su Liga se presentó en el campo del colista con todo a su favor para sumar los tres puntos. Lo hizo con total confianza, con demasiada despreocupación, olvidando que en el fútbol no hay nada escrito. Y aquel líder intratable que no había perdido un solo partido y que había sumado 13 puntos sobre quince posibles (Barcelona) cayó ante el colista (Leganés), que de esta forma se apuntaba su primer triunfo del campeonato. Ante el duelo de esta noche del Almería en Córdoba viene a colación recordar el viejo refrán que dice que ‘cuando las barbas de tu vecino veas afeitar pon las tuyas a remojar’.

Afeitadas las barbas del Barcelona en Butarque, un conjunto con más argumentos para vencer ante el último de la fila que el Almería, el grupo de Fran Fernández tendrá que remojar las suyas, es decir, saltar al campo mentalizado de que tendrá que poner sobre el mal cuidado césped del Nuevo Arcángel todo la carne en el asador y su sapiencia futbolística si no quiere regresar con las alforjas vacías. El de esta noche es un partido muy peligroso para el Almería porque bajo ningún concepto va a ser menos complicado que lo fue el de Soria sino, posiblemente, mucho más difícil de digerir que el disputado en Los Pajaritos.

Fran Fernández y los suyos están ante uno de esos encuentros que, según vayan desarrollándose, pueden ser más una penitencia que una oportunidad.
Si los profesionales o los aficionados rojiblancos que en número por encima de los 600 presencien en directo el partido lo afrontan mirando la clasificación, tienen muchas opciones de equivocarse y fracasar en el intento. En definitiva que a los almerienses les va a tocar apretarse los machos y volver a ser, como lo fueron en su última actuación como visitantes, un equipo con personalidad, capaz de imponer el ritmo que más beneficie sus intereses en cada momento, mantener la seguridad defensiva e incidir en las transiciones rápidas que tantos beneficios le están aportando al equipo en su faceta ofensiva.

Es evidente que el Almería llega a este partido en un momento dulce tanto de juego como resultados. En este sentido hay que recordar que acumula cuatro triunfos consecutivos, una en Copa dejando en la cuneta al primero de la Liga en la Rosaleda, y tres en el campeonato liguero ante rivales de primer nivel, algo inusual desde hace mucho tiempo en la familia rojiblanca.