“¡Atención soy hombre!” Entre exclamaciones se leía la desesperación de este señor por acabar con su soledad. Hace dos años que hizo un cartel con las características que debería tener su mujer ideal; menor de 60 años, amante de la montaña y que pueda caminar por ella. Cuando sale de su pueblo pega su anuncio en la ventanilla del coche por si hubiera suerte. Y llaman, se interesan y él enseguida les dice de verse en persona para derrumbar barreras.

¿Cómo sería su compañera ideal?

Tiene que ser buena persona y que esté ágil para moverse por el campo.

¿Por qué decidió poner el cartel en su coche?

Llevo 25 años separado y solo es hora de encontrar a alguien. Cuando voy en mi coche y miro el asiento del copiloto, pienso: ¿por qué no llevo aquí a alguien?

Por respeto y privacidad mantendremos oculta la identidad del caballero que me atendió tan amablemente. Su caso nos sirve para ilustrar ese 47% de los andaluces mayores de 55 años que sufren soledad no deseada, según un estudio de la Universidad Pablo de Olavide.

La soledad no deseada no es solo una cuestión de estar físicamente solo, sino de sentir la ausencia de vínculos emocionales profundos, de alguien con quien compartir la vida cotidiana.

¿Cómo hace usted para combatir la soledad?

Pues tengo don de conversación y he trabajado en muchos oficios en esta vida, ahora estoy jubilado, pero podría darle lecciones al rey en cuestiones de la vida, fíjese con de la cultura que tiene ese hombre. Para echar el día paseo por el barrio y charlo con unos y con otros, con el mecánico, con el tendero, en fin, pero no es una conversación que uno pueda decir que lo acompañe.

Un dicho africano asegura que si estás solo, estás muerto y un reciente estudio de la universidad de Cambridge publicado en “Nature Human Behavior” lo ha demostrado. Según el estudio el aislamiento prolongado puede tener efectos devastadores en la salud mental y física. También reveló que la soledad afecta a 200 proteínas que están en nuestra sangre bajando nuestro sistema inmune, aumentando el riesgo de depresión y enfermedades cardiovasculares, y en casos extremos, reduce la esperanza de vida.

A pesar de esto, la sociedad no siempre ofrece alternativas accesibles para combatir la soledad. La digitalización ha facilitado las conexiones a través de redes sociales y aplicaciones de citas, pero muchas personas mayores no tienen acceso o conocimientos para usarlas. Como nuestro protagonista que no sabe utilizar el ordenador, pero él tiene su método, ese cartel que su hija escribió e imprimió para que él lo pasee discretamente por Almería.

Pero la soledad no deseada también afecta a los jóvenes, hasta un 69% de los menores de 30 años se ha sentido solo a largo de su vida, según el Observatorio Estatal de la Soledad no Deseada, SoledadES.

Entre los jóvenes factores como la falta de relaciones sociales de calidad, haber sufrido acoso o la presencia de problemas de salud mental influyen directamente en la aparición de este malestar emocional. De hecho, tener menos amistades de las deseadas multiplica casi por cinco las posibilidades de sentirse solo, mientras que quienes han sufrido acoso tienen un 37% más de probabilidades de experimentar soledad.

Las consecuencias de este fenómeno son alarmantes. Los datos revelan que los jóvenes que se sienten solos tienen una prevalencia 3,3 veces mayor de sufrir problemas de salud mental, como ansiedad y depresión. Frente a este escenario, los expertos insisten en la necesidad urgente de desarrollar políticas públicas y recursos que fomenten la conexión social, el bienestar emocional y el acceso a apoyo psicológico para los jóvenes.

Y la soledad aumenta un 50% los pensamientos suicidas, lo que agravia aún más la situación teniendo en cuenta que el suicidio es la primera causa de muerte en esta franja de edad. Para reducir este tipo de conductas y fortalecer la salud mental se aprobó hace un mes el primer Plan de Acción para la Prevención del Suicidio.

Desde la Junta de Andalucía se han puesto en marcha iniciativas como el "Protocolo para la Detección de la Soledad No Deseada", que busca identificar y atender a las personas en riesgo de aislamiento.

La historia de este hombre nos recuerda que la soledad no solo se combate con una pareja, sino con un entorno social que brinde apoyo y compañía. Asociaciones, centros de día y actividades comunitarias juegan un papel clave en la integración de quienes buscan conexión humana.

“Ahora que usted me conoce puede hacérselo saber a sus conocidas. Me conformo con una mujer que sea la mitad de buena persona de lo que yo soy", se despide con esperanza este almeriense. Mientras tanto seguirá recorriendo las carreteras con su cartel pegado en la ventanilla hasta que llegue su copiloto ideal.