El Cabo de Gata, desaparecido: así ha despertado Almería por la calima
Insólita imagen desde distintos puntos de la capital

Imagen desde la pista del Aeropuerto de Almería, desde donde debería verse el Cabo de Gata.
El calor ha dado algo de tregua en las últimas horas gracias a las imponentes rachas de viento de Poniente que hicieron acto de presencia en la tarde de ayer, martes 19 de agosto. Con él, también hizo acto de presencia la humedad, que, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), podría llegar a alcanzar el 85% en la capital en la jornada de este miércoles, y un máximo del 95% mañana, jueves, 21 de agosto.
Pero los fenómenos atmosféricos de la jornada no se caracterizan solamente por el alto porcentaje de humedad relativa y el descenso de temperaturas derivado del temporal de viento. La ciudad y sus alrededores se despertaban esta mañana con la imponente presencia de una calima que, literalmente, borraba del mapa buena parte de nuestro entorno.
El Tiempo
La ola de calor no deja Almería: Nueva alerta por altas temperaturas con fuertes rachas de viento
Guillermo Mirón
Incluso a las 10 horas de esta mañana, aún hay una obvia falta de nitidez en nuestro aire, y no se ven con claridad las cadenas montañosas que rodean Almería capital. A primera hora de la mañana la situación era más radical, si cabe: los conductores que pasaban entre las 7 y las 8 de la mañana por los viaductos de la A-7 que rodean la ciudad podían comprobar que algunas zonas de Almería capital habían sido engullidas por la bruma.
Otro de los ejemplos más llamativos del fenómeno meteorológico protagonista de la jornada se encontraba en el Aeropuerto de Almería. Una de las instantáneas más icónicas de la provincia es a pie de pista: a escasos metros del mar, al subir o bajar del avión se puede ver con facilidad toda la Bahía de Almería y el Cabo de Gata.
Esta mañana, sin embargo, el famoso Cabo de Gata había desaparecido, tal y como se puede comprobar en la imagen que acompaña a estas líneas. El sol, entre la bruma, también se ve con poca nitidez. Y justo donde debería verse el Cabo de Gata, una mancha blanca lo llena todo: la calima ha venido a primera hora de la mañana y parece que no está dispuesta a irse.