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Rosa de pintura: toda una vida enseñando a pintar sonrisas en los talleres de Vícar

Casi cuatro décadas como referente artístico y humano para generaciones del Poniente Almeriense

Rosa de Pintura.

Rosa de Pintura.Melanie Lupiañez

Melanie Lupiáñez
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Rosa Martínez es Rosa de pintura desde hace 38 años en los Talleres de Pintura y Cerámica del Ayuntamiento de Vícar. Toda su vida laboral la conoce dando clases a alumnos desde los 3 años hasta que el cuerpo pueda sostener un pincel y el ánimo de llenar un lienzo. Es tan coqueta que rehúsa a decir su edad. Lidera un estilo de enseñanza creativa, positivista e integradora. Sus clases son un lugar de ocio donde todo el mundo con una actitud positiva tiene cabida, adaptándose a las necesidades de los alumnos.

¿Cómo comenzaste tu trayectoria en la enseñanza de pintura?

Comencé dando clases extraescolares a través del AMPA en varios colegios como Virgen de la Paz, Cortijos de Marín y Francisco Villa Espesa. Desde entonces no he parado de formarme y de enseñar.

¿Qué es lo que más disfrutas de tu trabajo?

Me encanta cuando mis antiguos alumnos se acuerdan de mí y sonríen al verme por la calle. Es algo que me llena profundamente. También me hace ilusión cuando antiguos alumnos traen a sus hijos porque guardan buen recuerdo de las clases.

¿Cuál es tu enfoque a la hora de enseñar a niños pequeños?

Con los niños pequeños es fundamental activar su imaginación y creatividad. Me pongo a su altura y jugamos juntos. Siempre destaco que todos los trabajos son bonitos y ningún niño dibuja mal.

De hecho en el aula se guardan los lienzos de todos los alumnos, más a menos avanzados y puede verse el trazo de los más pequeños, sus colores o temas recurrentes. La influencia de algún pintor que estudien en ese momento como Los impresionistas franceses o Picasso.

¿Cómo gestionas la crítica dentro de tus clases?

Creo en la crítica constructiva. Intento enseñar a los alumnos a recibir las críticas como algo positivo, que nos ayuda a mejorar. En el caso de los niños, intento evitar cualquier comentario negativo.

¿Qué tipo de talleres ofreces actualmente?

Ofrezco clases regulares de pintura y cerámica en el Ayuntamiento de Vícar, además de talleres puntuales de tres horas para empresas o grupos de forma privada, donde los participantes crean y pintan sus propias piezas. Podéis ver mi trabajo y solicitar un taller a través de mi Instagram @rosamartinez0301.

¿Cuál ha sido tu alumno más veterano?

Una mujer que empezó conmigo hace muchos años y continuó hasta los 85 años, pasó unos 30 años en el taller. Incluso tengo ahora un alumno de 86 años muy activo. Se llama Pepe y el taller se convierte en su lugar de ocio donde es tratado como uno más. Él ha pintado desde siempre, pero sufrió dos ictus y este se ha convertido en el espacio donde no es tratado como un enfermo, sino como uno más.

¿Hacéis otra actividades a parte de pintar?

Sí, visitamos museos y vamos de excursión al parque acuático que no puede faltar para los niños. Este año visitaremos los principales museos de Málaga, el año pasado estuvimos en el museo del realismo de Almería, hemos visitado casi toda Andalucía. Y cada año me gusta ir a ARCO para oxigenarme el cerebro.

¿Piensas en jubilarte pronto?

No, no pienso jubilarme. Me gusta tanto lo que hago que siento que me aburriría si no estuviera ocupada. Siempre estoy pensando en nuevos proyectos.

Rosa no para ni un minuto. En su taller de cerámica propio tiene un horno de alta temperatura y un torno para preparar piezas y encargos. Sobre una estantería algunas piezas se secan lentamente, esperan con paciencia la primera cocción. Rosa sabe por experiencia que el barro es delicado. Allí se disponen figuras de terracota, piezas creadas con sulfatos, acuarelas y óleos de gran formato como un traje hecho a medida.

Anécdotas interminables de la red de alumnos que ha creado a lo largo de los años, teniendo en cuenta que suelen matricularse unas 100 personas al año, casi ha dado clases a un pueblo entero. A dónde llega la cosa que estaban de viaje familiar en Suecia y una de sus hijas le dijo: “mamá si aquí saludas a alguien ya no te creo” y al momento Rosa saludaba a uno de sus alumnos. “Me conoce mucha gente, a veces mis hijas se agobian cuando vamos por la calle en Vícar porque me van parando y voy saludando”, dice Rosa.

Tras casi cuatro décadas con un pincel en la mano y una sonrisa en la cara, Rosa Martínez continúa dejando huella en la vida de sus alumnos en Vícar, que también viene de otros pueblos como Roquetas, o El Ejido. Su pasión por el arte, su optimismo contagioso y su sensibilidad hacia las personas hacen de sus talleres mucho más que simples clases de pintura o cerámica: son espacios vivos, abiertos al encuentro, al aprendizaje y a la alegría. Rosa ha logrado crear un refugio donde la edad no importa, solo las ganas de expresar, crear y compartir. Es precisamente ese legado humano y artístico lo que perdura en Vícar, pintado con los colores de una profesora que nunca deja de creer en el poder transformador del arte y de la sonrisa.

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