Un nuevo aviso sorprendía anoche a los servicios de Emergencia 112. En tan sólo 24 horas y en el mismo núcleo de población roquetero, Aguadulce, se producía un segundo incendio en un garaje. El fuego se originó en el residencial Aguamarina, que se encuentra entre dos calles de niveles contiguos: Miguel Rueda y Movimiento Indaliano. Dos vecinos dejaron su turismo aparcado en el sótano, tras volver de visitar las hogueras de San Juan en la playa de Aguadulce, y una vez que ya habían abandonado el garaje, éste comenzó a arder y afectó a otros dos vehículos.

Tras la llegada de policía local y bomberos del Poniente se desalojó a 26 vecinos del edificio. La asociación de vecinos de Las Colinas, cuyos directivos acudieron a atender a los residentes, pone de relieve la dificultad de algunos ellos para acceder de un nivel del residencial a otro, debido al diseño del propio barrio con calles en caracol. "Se vio perfectamente la necesidad que tiene el barrio de las prometidas escaleras peatonales, una de ellas se ubicará precisamente en este residencial y convertirá los 15 minutos que costó llegar de un lado a otro en apenas cuatro minutos".

El colectivo vecinal también denunció que por causa del incendio, algunos de los vecinos tendrán que mantenerse fuera de sus hogares unos días, "ya que se dañó a algunas bajantes del edificio". Inciden por ello en que "Roquetas precisa de un retén de bomberos que acorte el tiempo de llegada de los efectivos". Además, la asociación anunció que se solicitará al Consorcio de Bomberos del Poniente la elaboración de un Plan de Evacuación del barrio, que por su estructura urbanística dificulta las salidas, tal como se comprobó esta madrugada.

Calle Gran Capitán

Pocas horas antes, había sido precisamente el presidente de otra comunidad quien encontró, a las 8.45 horas, un vehículo ardiendo sólo en el garaje de su edificio, en la calle Gran Capitán de Aguadulce: “Fue una suerte que a esa hora el garaje ya estaba bastante vacío, también que los propietarios del coche que normalmente aparca a su lado estuvieran de viaje, porque se habría propagado y el incendio habría sido mucho mayor”.

Según relató el vecino, “la dueña del turismo había intentado arrancarlo por la mañana hasta tres veces y, a la vista de que no llegaba a encenderse, dejó el vehículo en el garaje”. El siguiente vecino que acudió al sótano se encontró con el incendio.

Así, se alertó a la Policía Local, Guardia Civil y Bomberos del Poniente, que procedieron a desalojar el edificio de cinco plantas y a sofocar el incendio. Estuvieron toda la mañana de ayer y al mediodía, los quince vecinos pudieron volver a sus casas, con la tranquilidad de saber que no  había habido daños personales ni en la estructura del edificio, aunque sí en una tubería y en el sótano. Las causas del incendio no han trascendido por el momento.