La Voz de Almeria

Roquetas de Mar

Pagaron sus deudas con pasteles: la historia del obrador roquetero Las Delicias

Óscar y Ana, dos pasteleros de los que ya no quedan, siempre unidos e innovando por el negocio

Óscar y Ana, en su pastelería, Las Delicias.

Óscar y Ana, en su pastelería, Las Delicias.La Voz

Melanie Lupiáñez
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Es domingo en Roquetas de Mar, día de familia, de comer en casa de la abuela. Alguien clama por un postres entonces una bandeja de pasteles y pastas surca la mesa. Patas de cabra, lazos, crema de kinder y Ferrero, no cabe duda del origen de los dulces, Las Delicias.

El obrador roquetero es regentado por Óscar Romero, 1974, y Ana Fuentes, 1976. Eran dos veinteañeros cuando se hicieron cargo del negocio, tenían que pagar 2.500€ de letra mensualmente, trabajar unidos los sacó adelante.

¿Cómo comenzó la historia de "Las Delicias"?

Óscar: Nuestra pastelería nació en 1989, pero nosotros llevamos al frente del negocio unos 24 años. Mis abuelos Antonia y Juan eran pasteleros en Sevilla. Mi padre fue el único de los hermanos que no fue pastelero y yo seguí la tradición comprando el obrador de mis tíos, Las Delicias.

¿Cómo fueron los inicios del negocio para vosotros

Ana: Fueron muy duros. Nos metimos jóvenes, sin dinero, trabajando 24 horas al día. Cerrábamos a las 9 de la noche al público, pero seguíamos en el obrador hasta la 1 o 2 de la mañana. El primer año solo trabajábamos los dos, teníamos que pagar una letra mensual de 2.500€, si superamos eso, nuestro matrimonio puede con cualquier cosa. Al principio y siempre nos ha ayudado mucho la familia. Mi madre nos preparaban la comida, mi suegro, electricista, arreglaba lo que se rompía, alguno se ponía detrás del mostrador, siempre hemos tenido apoyo.

Antes erais obrador y cafetería ¿Cómo ha cambiado vuestra vida tras cerrar la cafetería, Ana?

Hemos ganado calidad de vida. Antes trabajábamos mañana y tarde, con mucha presión. Ahora solo nos enfocamos en la pastelería y tenemos más tiempo libre.

¿Os tomáis vacaciones?

Óscar: Sí, tardamos 4 o 5 años en tomarnos las primeras vacaciones. Ahora sí podemos hacerlo, nos turnamos con nuestros empleados, somos 4 trabajando, para que el negocio no cierre. Solo cerramos los meses de junio y julio por la tarde porque son un poco más flojos de trabajo.

¿Óscar eres capaz de desconectar o estás siempre pendiente del negocio?

Claro que desconecto, incluso en nuestro día libre, los lunes.

¿Cuáles son las especialidades de la pastelería?

Ana: Hacemos de todo: hojaldre, bollería, pastelería fina… Pero hay productos que nos distinguen, como las patas de cabra, las cocas de manzana y los lazos, además de nuestras cremas de Kinder, Ferrero o pistacho.

¿Cuántos crema de Ferrero preparáis para satisfacer la demanda?

Óscar: 25kg de crema de Ferrero semanalmente y somos un obrador pequeño, no distribuimos, ni nada.

¿Cómo os afectaron las crisis económicas y la pandemia?

Ana: Curiosamente, las crisis económicas no nos han afectado demasiado, porque la gente sigue comprando dulces en vez de gastar en cosas más caras. Sin embargo, el COVID sí nos impactó, porque tuvimos que cerrar dos meses. Nos salvamos porque habíamos ahorrado. Pero también nos dio el impulso para cerrar la cafetería y sólo dedicarnos al obrador. Esto fue un paso adelante en el negocio.

¿Vuestros hijos seguirán con la pastelería?

Ana: No lo creemos. Una estudia marketing y publicidad, y la otra Perito Agrónomo. Quizás en el futuro algún nieto o nuestros sobrinos, dos de ellos trabajan con nosotros, Paco y Víctor el primero nos acompaña desde hace 20 años.

¿Cómo se mantiene la innovación en la pastelería?

Óscar: Siempre estamos formándonos y probando cosas nuevas. Por ejemplo, la crema de Kinder o el pistacho no existían antes en las pastelerías, pero ahora son muy populares.

¿Cuáles son vuestros planes a futuro pensáis en la jubilación?

Óscar: A corto plazo, queremos cerrar lunes y martes para descansar más es un poco a lo que está tendiendo la hostelería. Para la jubilación todavía nos falta, pero no pienso en vender el negocio si la salud me lo permite, lo alquilaría y seguiría viniendo por aquí a supervisar.

¿Cómo os sentís después de más de 20 años de negocio?

Óscar: Orgullosos. La calidad y la atención al cliente nos han hecho crecer. Tenemos clientes que vienen desde Almería solo por nuestros dulces.

¿Cuál es la época más fuerte para vosotros?

Ana: Navidad, sin duda. Hacemos entre 600 y 700 roscones, además de los troncos de Navidad, que cada vez tienen más demanda, están al nivel de los roscones en los últimos años.

¿Qué consejo daríais a quienes quieren abrir un negocio?

Óscar: Que tengan vocación y paciencia. Esto no es un restaurante o un bar de tapas. Si no te gusta, no lo aguantas.

Óscar dentro del obrador y Ana, fuera en el mostrador. El uno endulza y la otra con su simpatía y estrategias de marketing, como repartir pasteles entre los clientes, se lleva a la gente de calle. “Si durante un día solo comes pasteles, no engordas, que te lo digo yo”, dice ella y la cola de clientes, que salen por la puerta, se echan a reír.

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