“Para mí una ciudad ideal es una con mucha vegetación”. “Hemos propuesto cosas como poner más fuentes y luces”. “Trabajamos la idea de hacer un skate park y al final se hizo”. “Había una plaza estropeada, lo dijimos y la pusieron bonita”. “Nos pusieron una zona techada para refugiarnos cuando llueve”. Son mensaje reales de niños, niñas y adolescentes de Ciudades Amigas de la Infancia (CAI) a las que ahora se le suma una almeriense.

Es una de las iniciativas más interesantes para hacer a los más jóvenes de cada municipio partícipes de sus proyectos y gestión diaria, con elyo objetivo es promover, junto a los ayuntamientos, que el bienestar de la infancia, la participación infantil y la adolescente estén en el corazón de las políticas locales.

La provincia de Almería cuenta con algunas localidades que ya han adquirido este importante compromiso. Un listado del que forman parte municipios como Huércal-Overa o Cuevas del Almanzora.  Son algunas de las CAI presentes en el acto celebrado este 9 de diciembre por Unicef.

Lograr este compromiso entre el municipio -en este caso el huercalense- y Unicef no es algo sencillo. Entre otras acciones, se han realizado encuestas a profesionales de entidades locales -tanto reconocidas como Ciudades Amigas de la infancia como no- y a niños, niñas y adolescentes, a lo que se suma un completo informe y análisis elaborado por la consultora Knowledge Sharing Network con herramientas cuantitativas y cualitativas.

¿Transforman las Ciudades Amigas las vidas de los niños y niñas?

Mensajes resultado de un balance realizado el pasado 2024, veinte años después de que 15 entidades locales recibieran en nuestro país la primera acreditación como Ciudad Amiga de la Infancia, para medir los logros tangibles y el impacto real en la infancia de esta iniciativa. 

El resultado de ese análisis es: ¿Transforman las Ciudades Amigas de la Infancia la vida de las niñas, niños y adolescentes? Informe de evaluación de impacto de los logros obtenidos por las Ciudades Amigas de la Infancia en España para el periodo 2012-2023, que revela que las localidades con este reconocimiento tienen mayor probabilidad de implementar políticas con enfoque de infancia y movilizan más recursos para cubrir las necesidades de la infancia y la adolescencia, además de tener un mayor acceso a servicios esenciales de calidad. A medida que pasa el tiempo y una entidad local lleva más años reconocida, se incrementa el presupuesto destinado a desarrollar planes locales de infancia.

También se han logrado avances importantes en ámbitos fundamentales para la infancia, como el deporte o los hábitos saludables. Hasta un 74% de los municipios ha mostrado un buen desarrollo y mejora en estas áreas, y se ha prestado más atención a problemáticas como la pobreza, la migración o la discapacidad. En ese sentido, casi siete de cada diez niños, niñas y adolescentes que viven en Ciudades Amigas de la Infancia percibe que sus ayuntamientos trabajan especialmente para atender las necesidades de la infancia y adolescencia con más dificultades.

La entrega de diplomas a las entidades locales reconocidas por primera vez como Ciudades Amigas de la Infancia realizó este martes durante un acto en el que participaron el secretario de Estado de Juventud e Infancia, Rubén Pérez Correa; el vicepresidente primero de UNICEF España, Fernando Sequeira; el secretario general de la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP), Luis Martínez-Sicluna Sepúlveda; y la directora del Instituto Universitario de Necesidades y Derechos de la Infancia y la Adolescencia (IUNDIA) de la Universidad Autónoma de Madrid, María Ángeles Espinosa.

El vicepresidente primero de Unicef España, Fernando Sequeira, ha subrayado que “ser una Ciudad Amiga de la Infancia no es solo colgar en una pared el diploma que han recibido hoy las entidades locales recién incorporadas a la red o tener una placa en el Ayuntamiento. Es tener en cuenta las necesidades de los niños, niñas y adolescentes, pero también sus opiniones y propuestas, para hacer de esos municipios un lugar mejor para ellos. Esta iniciativa transforma la vida de la infancia en las localidades en las que se desarrolla y tiene un impacto positivo y tangible, tal y como concluye el informe de evaluación del trabajo realizado entre los años 2012 y 2023”.