El Algarrobico símbolo
El autor de estas líneas aboga por darle un nuevo destino al polémico hotel de Carboneras, cuyo futuro vuelve a ser noticia estos días

Vista general del hotel ilegal de El Algarrobico, a 10 de febrero de 2025.
El Algarrobico es ya un símbolo. Y no precisamente por su belleza. Aunque su fuerza icónica reside en que representa todo aquello que odiamos: la voracidad depredadora del ser humano y la podredumbre que arrastra nuestra burbuja inmobiliaria, la inutilidad de la política, la inanidad de la Justicia, la mentira del gobierno de los mejores, el zafio espectáculo de la prevaricación.
Y es que es un gran símbolo. Grande, blanco, con lunar... La polémica está servida, genera una “gran causa”. La causa de Azata que confiando en la administración se juega su dinero, la del administrador cambiante que no sabe ya si ser fiel a sus ideas, a su bolsillo, al pueblo que le votó... y la causa llamada ecologista que ve fácil, justa y radical la idea de la demolición y reconstrucción del paisaje.
Para cerrar el círculo de intereses en torno al Algarrobico está la causa del pueblo de Carboneras, que ve trabajos estables y visitantes dejando dinero.
Y hoy, el protagonista hasta ahora ausente: el Gobierno. El edificio contamina y construido ahí de manera ilegal... Solución: expropiar, para derribarlo. Todos coinciden en derribarlo.
Me pregunto: ¿contamina un edificio? Discutible, por grande y feo que sea, contamina según el uso que se haga de él. ¿Es ilegal construir algo así, en este sitio? Sí. Pero ¿se ha castigado a alguien?
Subrayemos algunas cosas en las que todo el mundo parece estar de acuerdo:
1. Los miles de turistas que desembarcarían en el hotel no serían nada convenientes para la conservación del entorno natural del Cabo de Gata, por mucho cuidado que se pusiera en la depuración de su impacto. Contamina el ser humano y el uso del espacio y del medio que éste haga, no los muros ni los tejados.
2. Se ha infringido la ley. Un constructor pone muchos millones de euros para construir el hotel. Su proyecto fue aprobado por técnicos y políticos en los que los ciudadanos habíamos depositado nuestra confianza y permitieron que viera la luz (hubo años para reflexionar). Un hotel construido en un sitio ilegal y con prácticas administrativas ilegales.
3. La demolición de este edificio y “reconstruir el paisaje” costaria otros 7.320.645,00 euros (según estimación de Greenpeace).
4. Un hotel sería una fuente de trabajo y riqueza para Carboneras y su entorno. Eso nadie lo niega.
El Algarrobico representa y es el símbolo de todo esto. Pero es inútil culpar al edificio y castigarlo. Solo depurarlo, como se hace con almejas y mejillones, haciéndoles beber el agua pura de una buena causa. Y que los malos, lo que prevaricaron, recalificaron, modificaron lindes y corrompieron, no se vayan de rositas.
Las dos únicas alternativas que a día de hoy se nos ofrecen por la simplificación de las opciones son:
a) La demolición y reconstrucción del paisaje (no incluye, que sepamos, el justo castigo de corruptelas), operación presupuestada por Greenpeace en 7.320.645,00 euros.
b) La apertura de un hotel, legalizando un delito, indemnizando al delincuente (perjudicado después de 20 años) y amnistiando a sus cómplices.
El Gobierno, la Junta, los ecologistas, todos los actores han elegido ya: demolición.
Alternativa ejemplar
La tercera vía, la de la sostenibilidad y del sentido común, es el aprovechamiento del edificio o parte de él mediante su remodelación y conversión en un Centro de Estudio de Biología Terrestre y Marina - Centro de Interpretación del Parque Natural de Cabo de Gata.
Los pasos estarían claros:
1. Juzgar y castigar adecuadamente a los responsables de la promoción, recalificación, prevaricación y corrupción, que son la historia de este edificio.
2. Expropiar inmediatamente, por el procedimiento del decreto ley, este edificio con lo que se cumplirían dos objetivos muy importantes: uno, escarmentar a posibles constructores y especuladores que pensasen en hacer algo parecido; y dos, el edificio quedaría como patrimonio público unido al Parque Natural. Se remodelaría y equiparía adecuadamente para dedicarlo a la investigación en biología, la conservación y protección del bosque marino de posidonia y al servicio del Parque Natural.
Se fundaría el Centro de Biología Parque Natural de Cabo de Gata, con la dirección y auspicio de la Universidad de Almería y otras universidades europeas.
“Un Centro de Biología en el hotel sería un símbolo internacional de reconquista”
En un ejercicio de sostenibilidad radical, se trata de aprovechar los millones invertidos en la construcción del edificio (en vez de tirarlos a la basura dinamitándolo) y ahorrar los millones que costaría ”reconstruir el paisaje”.
Se realizaría un doble aprovechamiento de los recursos y ahorrando al contribuyente unos millones de euros, aportando al patrimonio nacional y cultural una institución científica de primer nivel, que atraería a científicos de todo el mundo.
Bajo administración estatal, se remodelaría el edificio, disminuyendo su capacidad en habitaciones, eliminando todo lo que invada los 100 metros protegidos desde el mar, mimetizando el edificio procurando una mayor armonía paisajística, implementando laboratorios, estanques, incubadoras y terrarios.
El nuevo Centro de Biología Parque Natural de Cabo de Gata podría recibir apoyos de instituciones, universidades, fondos de organismos internacionales para investigación. Podrían realizarse actividades, cursos, másters y programas de investigación con la participación de la Universidad de Almería. Vendrían biólogos e investigadores de todo el mundo. Sus estancias serían más largas que las del turista de sol y playa. Supondría la creación de 250-300 puestos de trabajo directos (biólogos, científicos, mantenimiento y servicio) y otros tantos indirectos en la zona.
Estacionalidad
Al ser un centro de investigación estaría abierto todo el año y su estacionalidad sería mínima.
Las áreas del edificio destinadas a divulgación, información e interpretación de la flora, fauna e historia del Parque Natural de Cabo de Gata estarían permanentemente abiertas al público y ofrecerían un servicio hoy inexistente. Carboneras tendría visitantes de calidad todo el año (puestos de trabajo e ingresos en los negocios locales), ningún especulador ni político saldría beneficiado (ni debería quedar impune) y el Parque Natural habría ganado una infraestructura necesaria e inexistente. Se produciría un aumento de valor ecológico de la zona y su imagen internacional se vería enormemente reforzada.
Al mismo tiempo, la inauguración de este Centro de Investigación y Estudio supondría un ejemplo y un símbolo internacional de “reconquista” de un bien que, perteneciendo al ciudadano, le había sido arrebatado de manera irregular por una ‘troupe’ de constructores, promotores, jueces y políticos sin escrúpulos.
El Algarrobico ocuparía otro lugar en el imaginario popular. Representaría el triunfo de la razón, de la justicia y de la sostenibilidad. Todo un símbolo que ha cambiado de significado. Los símbolos son lo que queramos. Si queremos.
“Vendrían biólogos e investigadores de todo el mundo. Sus estancias serían más largas que las del turista de sol y playa”
Salvemos el Algarrobico. Es nuestro, que no lo destruyan. Que lo devuelvan a los ciudadanos.