El Mare Nostrum, pionero en formar para el título de competencias clave
El centro de adultos preveé trasladar su aulario de Aguadulce y pide un mejor espacio en Las 200

El grupo de alumnos, sobre todo alumnas, del nuevo curso en una clase de lengua en la sede de Las 20
La vocación de Rosa Magán por la enseñanza se destila en cada argumento, en cada experiencia relatada tras “muchos más de 30 años dedicados a la educación de adultos”. Por eso, se ilusiona al explicar la ampliación de la oferta educativa que se puede encontrar este mismo curso en el CEPER Mare Nostrum. “Siempre suelo decir que la enseñanza de adultos es el último tren para las personas”, y en el caso de la nueva titulación, casi es un tren de alta velocidad.
El Mare Nostrum se ha convertido así en uno de los tres centros públicos de la provincia donde se pueden preparar las pruebas para la evaluación de competencias clave, una oportunidad de oro para aquellos que llevan años trabajando en un sector pero no poseen titulación que acredite su preparación.
Las clases han comenzado ya, “pero todavía hay plazas y hace falta darlo a conocer porque hay mucha gente que no conoce el programa, y además es enseñanza pública”, insiste la que es directora del centro desde hace dos años. En el aula contigua, un grupo de una veintena de estudiantes atienden a una clase de lengua. “Son personas con el graduado escolar pero sin titulación profesional”. Muchas de ellas mujeres. “Las primeras en venir han sido las personas que han trabajado en escuelas infantiles, y ahora podrán obtener titulación adecuada. Pero también hay personal del Ayuntamiento y se han interesado los trabajadores de la ayuda a domicilio”, especifica Magán y cuenta el caso de uno de los alumnos “que casi no se creía que esto fuera posible”.
Traslado
Esta formación se imparte en la sede central del CEPER, en el barrio de Las 200 Viviendas, donde también se dan clases de interculturalidad (lengua y cultura española para extranjeros), TIC, idiomas, preparación para el Graduado de ESO, Formación Base y cursos de Hábitos de vida saludables. La necesidad de espacio es un hecho. “Sobre todo porque necesitamos abrirnos a personas con movilidad reducida”, comenta la directora sobre un aulario en una primera planta sin ascensor. Es uno de los objetivos de su proyecto directivo, conseguir mejores instalaciones en el centro de Roquetas. Pero no es el único aulario, sino que el CEPER imparte clases en otros seis barrios.
Uno de los que más demanda recibe es el de Aguadulce, situado en la Oficina Municipal y que también se ha quedado pequeño. Por eso, con una sonrisa, Magán da una noticia: “La concejal de zona, Francisca Toresano, nos ha confirmado el traslado inminente a otras dependencias”, anuncia. Un hecho que permitiría responder a la creciente demanda y superar los más de 700 alumnos que ya han tomado este tren.