Llegó a jugar en Segunda Divisón B y a ser un referente en el deporte municipal, pero el Club Deportivo Roquetas no consigue solucionar los problemas económicos que rrastra desde hace años. Incluso su gestora, que fue nombrada por la Federación para intentar salvar el club, decidió dimitir en la última asamblea celebrada el pasado miércoles.

“Gracias a la gestora se ha conseguido reducir algo la deduda, pero sigue siendo muy alta y hace inviable su futuro”, explica el secretario general del PSOE roquetero, Manolo García, que pide “explicaciones” sobre cómo se ha llegado a esta situación:  “La Concejalía de Deportes del Ayuntamiento, tan presente en la gestión del club en los últimos años como curiosamente ausente en la última asamblea, es a la que solicitamos que dé la cara lo antes posible y ponga sobre la mesa toda la realidad del CD Roquetas antes de que la situación sea irreversible y se presente así, como nos tiene acostumbrados este Ayuntamiento, con su política de hechos consumados”, declara García.

Y es que la sombra de la desaparición planea sobre el club. “En estos momentos se ha abierto un periodo electoral, cuyas elecciones se celebrarían a principios de junio; y si no se presenta nadie, el CD Roquetas está condenado”, explica el político.

Sin aspiraciones Con una nueva junta directiva, que asumiera los costes mínimos de federación y funcionamiento, los equipos seguirían vivos, mientras las familias de los niños siguen asumiendo los costes de equipación y traslados. Sin embargo, no podrían aspirar a jugar en una categoría nacional sin afrontar la deuda acumulada, que incluso podría ser mayor de la declarada por la gestora, ya que en los últimos años los jugadores no han cobrado.

“Desde el PSOE consideramos que el CD Roquetas es parte del patrimonio cultural del municipio y que representa un símbolo de identidad de la tradición futbolística roquetera desde hace 80 años”, aseguran los socialistas en un comunicado: “Por eso pedimos que se explique por qué y quién ha llevado al club a este escenario donde la deuda declarada por la gestora hace inviable su futuro”.