“Por desgracia, las infraestructuras solamente se valoran cuando ya están hechas. Después de trazar la línea en el mapa, hay que hacer los proyectos, hay que licitar las obras, hay que ejecutarlas y hay que toparse con muchas dificultades con las que no se contaba cuando se empezó la obra. Y eso la ciudadanía no lo acaba de percibir. Por eso es importante que estemos hoy aquí, que sepan la historia de los trabajadores que están haciendo esto, que sepan la historia de la obra y que sepan lo que cuesta, no solo en dinero, sino también en trabajo hacer una infraestructura de estas características”.

Estas declaraciones las realizó a finales del pasado mes de julio el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, cuando visitó el cale del túnel de Viator para la llegada del AVE a Almería. Tras él se situó una veintena de trabajadores, muchos de ellos de origen extranjero, que, pico y pala en mano, se turnan tres veces al día para excavar miles de metros cúbicos de tierra.

Junto a una amplia estructura de madera, el titular de Transportes habló de “las manos” de esos operarios, la mayoría de nacionalidad no española, y de sus “cerebros” por colocar los tablones de una forma perfecta para poder excavar “al mes unos 50 metros” del túnel.

Otros lugares del mundo

Menos de un mes más tarde, Puente Santiago también ponía en valor el despliegue humano para hacer posible el avance de los tramos de la plataforma ferroviaria de alta velocidad en la provincia y las obras del soterramiento del tren en la capital almeriense.

Lo hizo junto al ministro Félix Bolaños, en una visita en Sorbas al tramo más cercano a los túneles tapiados del AVE. “Tenemos en esta obra ingenieros de aquí, personas que trabajan en empresas de aquí y personas procedentes de otros lugares del mundo. Es importante que subrayemos que infraestructuras de nuestro país descansan sobre los hombros y el esfuerzo de mucha gente, vengan de donde vengan”.

¿Y sobre cuántos hombros descansan infraestructuras como las obras de la plataforma ferroviaria desde la capital almeriense hasta Pulpí, en el límite con la Región de Murcia? No hay un dato certero como tal, pero el subdelegado del Gobierno en la provincia, José María Martín, sí ha avanzado una estimación reciente en una entrevista concedida a ‘Foco Sur’.

“Esta obra supone una empleabilidad de 2.500 trabajadores de media en toda la actuación. Con esto quiero decir, que además de la proyección y del valor que va a tener la alta velocidad como impulso para Almería, existe en estos momentos un dinamismo económico también muy beneficioso para la provincia en torno a la obra en sectores como la restauración, la hostelería y pequeñas pymes de las zonas por donde discurren los trabajos en el Levante almeriense”, indicó Martín.

Las obras de los tres tramos de plataforma ferroviaria y el soterramiento fueron adjudicadas en su día por el ente Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) a tres empresas o uniones temporales de empresas. En el caso del soterramiento y el tramo Níjar-Los Arejos (Sorbas), es Sacyr la encargada de su ejecución y la que más volumen de empleo está generando. Hace escasos días hasta se podían encontrar ofertas en web especializadas para contratar gruistas.

La empresa Sacyr tiene empleadas a 265 personas en la obra de integración de ferrocarril en la capital almeriense (soterramiento) y a 180 en el tramo de plataforma Los Arejos-Níjar, “sumando puestos de trabajo directos y de las subcontratas”, que hay en ambas infraestructuras, apuntan fuentes autorizadas.

Respecto a FCC, que culminó en la década pasada las obras del tramo de los túneles tapiados en Gafarillos, tiene encomendado el trazado que va desde el río Andarax hasta Níjar. En realidad es Convensa la encargada de movilizar a más de 200 trabajadores de forma directa para los trabajos de montaje de la plataforma, que incluye el viaducto de Viator como el más largo en esta parte de la provincia. Junto a esa plantilla hay decenas de operarios de subcontratas, conductores de camiones, etc.

El tercer tramo en obras es el del Levante almeriense, que se extiende desde Vera hasta Pulpí. Adif adjudicó en su día los trabajos a la unión temporal formada por las empresas Ferrovial Agromán y Acciona.