La Voz de Almeria

Provincia

Esas frases condenadas al olvido

Esas frases condenadas al olvido

Publicado por

Creado:

Actualizado:

En:

El paso del tiempo y la aparición de nuevas expresiones más acordes con el contexto socioeconómico en el que nos movemos, están llevando al olvido -o al menos provocan que decaiga su uso- algunas de las frases de toda la vida y que, para muchos jóvenes, ya ni siquiera tienen un significado claro cuando las escuchan.


Mientras en los pueblos de la provincia, sobre todo en los de interior muchas de esas expresiones forman parte de lo cotidiano, en las ciudades, como la de Almería, algunas acabarán quedando en el baúl de los recuerdos o en las líneas de los libros para conocimiento de generaciones futuras.


Almería es rica en expresiones y palabras que, aunque muchas de ellas no son de eso exclusivo de la provincia, están ampliamente extendidas por la geografía provincial. Ahí quedan frases -algunas un tanto incómodas por su soez vocabulario- como la de “parece que te ha cagado la moscarda”, para decir a alguien cuya mala suerte supera los límites de la normalidad; o esa otra de “para mearse y no echar gota”, cuando algo no hace “maldita la gracia”.


Muchas de las frases utilizadas ahora sobre todo por los más mayores no están carentes de ironía y sentido del humor. Frases como “sale más barato  comprarte un traje que invitarte a comer” -utilizada cuando alguien como más de la cuenta-, “cómo estará la mili que mi Frasquito es cabo” -para expresar lo bajo que está el listón- o “no es feo, es que ha dormido mal esta noche” y que no necesita mayor explicación son solo un ejemplo de ello.


Algunas de las expresiones más típicas de Almería se usan para reñir a alguien, como “me cago en el dios que te menea” o “maldita sea tu estampa”; también para callar a  alguien, como la frase de “y dale periquillo al torno”, cuando alguien insiste en lo mismo, ya sea un argumento o un hecho.


Asimismo, alguien está “de aquí te espero Julián”, cuando es guapo o guapa; es “bueno para buscar la muerte”, cuando es demasiado tardón en sus quehaceres; está “empercudido”, cuando está sucio; o “empercochado” cuando está limpio; está lejos cuando va por “el quinto pino”, tiene frío cuando “hay un carro de nieve aparcado en la esquina” o no ve muy bien cuando ve “menos que Pepe Leches”.


No solo se trata de expresiones, también hay palabras que se han ganado el denominador de almerienses por su frecuencia de uso entre los mayores: ‘Regomello’ -cuando da un cierto reparo o se tiene mala conciencia por algo que se ha hecho o se debía haber realizado y no se ha hecho-, ‘entenguerengue’ -cuando algo no es muy estable y puede caerse; o cuando no se ha cuadrado del todo algo-, o ‘enjaretar’-que se utiliza cuando algo está más o menos hecho o, al menos, claro.


Aunque hay varias publicaciones sobre el léxico almeriense, poco se ha escrito sobre las expresiones de la provincia, que bien merecen un buen tratado que explique que “por la olla Mariquita y come gachas por tu lao” sirve para expresar sorpresa; que cuando alguien “trabaja en el alambre” es porque no tiene ni oficio ni beneficio; o que “estamos apañaos con el chiquillo del barco” se utiliza cuando alguien se descarrila un poco, ha hecho una jugarreta o no es lo que se esperaba de él.


tracking