Uno de cada diez recién nacidos en Torrecárdenas es un bebé prematuro. La cifra de niños nacidos antes de que se culmine el periodo de gestación se ha mantenido en los últimos años y es similar a la del resto de centros hospitalarios en el territorio nacional. Si bien no se conoce todavía la causa exacta de la prematuridad, sí que se ha logrado aumentar la supervivencia.
Hoy, los recién nacidos después de la semana 30 o 31 tienen más de un 95% de posibilidades de salir adelante. Un dato que está muy alejado de la supervivencia de los prematuros hace tan solo una década. De hecho, con 28 semanas ya se baraja un porcentaje de supervivencia de más del 85%.
El salto cualitativo en la atención del prematuro tiene que ver con la mejora de la tecnología de los aparatos que hoy se manejan en Neonatología y en los fármacos utilizados para lograr la madurez de los pulmones.
También en la prevención de infecciones en la madre gestante gracias a los controles de embarazo, asegura el responsable de Pediatría del Complejo Hospitalario Torrecárdenas, Antonio Bonillo.

Causas y prevención Sin conocer exactamente el origen de la prematuridad resulta difícil prevenir. Aún así se sabe que, entre otras causas, el abuso de drogas, las infecciones genitales y el descuido de la salud de la gestante son factores que aumentan la posibilidad de tener un niño prematuro.
Muchos de estos pequeños pasan entre mes y dos meses y medio en el hospital después de su nacimiento. Depende siempre del peso y de que no contraiga ninguna infección. Y es que hay niños que apenas nacen con 800 gramos de peso y miden poco más que un bolígrafo. Ganar unos mil gramos a la semana gracias a los cuidados les permite superar trabas y llevar después una vida totalmente normal.
Precisamente, para ofrecer cuanto antes el alta hospitalaria y las mayores garantías sanitarias, detrás de la recuperación de cada menor hay un numeroso equipo de profesionales, recuerda Bonillo, que resalta la coordinación y comunicación constante entre Neonatología, Urgencias, el área de Obstetricia, el personal de Enfermería y los intensivistas de la UCI, entre otros muchos. Incluido el neurólogo pediátrico o el rehabilitador.

Antes de nacer El cuidado del prematuro empieza antes de su nacimiento. “Cuando llega una mujer con riesgo de parto prematuro, la comunicación entre los pediatras y el obstetra resulta fundamental. En función de la causa se adopta la  decisión de provocar el parto o, al contrario, retener al bebé”, dice Bonillo, que destaca la importancia de apenas una semana más en el vientre de la madre.
Una vez convertido en paciente de Torrecárdenas, el prematuro sigue en permanente contacto con su madre.  El programa ‘canguro’ o ‘piel con piel’ se oferta a los progenitores desde el primer día. También en el momento en el que pueden comer sin sonda gástrica se ofrece a la madre la posibilidad de alimentar con leche materna. Las visitas de los padres, por otra parte, son constantes, siempre que el personal de enfermería no esté con él en ese momento.
El objetivo, mantener el contacto para acelerar la recuperación del pequeño. Un niño que si nace en Torrecárdenas “tendrá una cartera de servicios completa”, asegura el jefe de Pediatría.