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Quién mató a Ana María Ramírez

Quién mató a Ana María Ramírez

Javier Pajarón
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Ana María Ramírez García de 39 años de edad, almeriense de origen y catalana de adopción, murió en un descampado cercano a Vacarisses (Barcelona) en marzo de 2005. Una perforación en un pulmón causada por una costilla rota, destrozada por los golpes, y algún tipo de veneno inyectado después es la principal hipótesis sobre el fallecimiento, aunque las certezas forenses se mueven en terrenos pantanosos en un caso sin testigos directos ni restos mortales. Ocho años después, el crimen continúa sin cuerpo, aunque la familia de Ana María, asentada a medio camino entre el municipio almeriense de Sorbas y Cataluña, tiene al menos el consuelo de saber que el asesino duerme entre rejas.



Un jurado popular reunido en la Audiencia Provincial de Barcelona ha declarado a su marido, Asensio O. J. de 52 años, culpable de delitos de homicidio, malos tratos habituales y falsedad documental. El acusado cumplirá casi 20 años de prisión por la muerte, según la sentencia a la que ha tenido acceso LA VOZ y confirmada por el letrado de la familia, David Torras.



El caso dio la vuelta al país y permaneció durante años en el cajón de los misterios sin resolver. Ana María emigró a Cataluña cuando todavía era una niña, aunque sus padres pasan en Sorbas varios meses al año y tienen en Almería toda una rama familiar, como explica su hermano y confirma su tío José García.



En 1991 se casó con Asensio  O. J. e inició una etapa repleta de malos tratos. Según la sentencia de la Audiencia Provincial de Barcelona, el varón “recluía a Ana María en su domicilio” y la “inducía a consumir drogas”.


Reconstrucción



En una fecha indeterminada entre el 28 de febrero y el 8 de marzo de 2005, Asensio O. J. sacó a la mujer a rastras, la introdujo a la fuerza en un coche y arrancó rumbo a la montaña. Fue la última vez que la vieron con vida y el caso entró a un callejón sin salida que duraría años.



Juan Ramírez denunció en la Comisaría de Tarrasa la desaparición de su hija y comenzó entonces una larga batalla para desenredar la trama criminal. La familia organizó batidas, peinó montañas y ríos de la zona y cubrió de carteles con el rostro de Ana María las calles de localidades barcelonesas cercanas. Llegaron a encontrar una manta llena de sangre de la mujer (el ADN confirmó la identidad) y ha señalar a su marido como principal sospechoso, hombre “violento” y adicto a la cocaína.



Sin embargo, no fue hasta 2010 cuando el caso dio el giro definitivo. La Policía Nacional arrestó a Asensio O. J. por asesinato y colocó al crimen la etiqueta de violencia de género. Oficialmente, el acusado propinó a la mujer un brutal paliza, dejándolo herida de muerte, luego la arrastró hasta una casa donde le inyectó algún tipo de veneno, quemó el cadáver acompañado por su hermano y un amigo y tiró los restos desde un puente que cruza el río Ripoll (Barcelona).


La Audiencia Provincial de Barcelona abrió el juicio con jurado a mediados de abril. Sobre la mesa, imputaciones por malos tratos habituales, lesiones, falsedad documental y homicidio; y en el camino, algunas dificultades como la ausencia de un testigo en paradero desconocido y la carencia de cadáver.  Sin embargo, las pruebas obtenidas fueron suficientes para condenar a Asensio O. J.



Según explica David Torras, la Audiencia Provincial notificó la sentencia esta misma semana con una condena cercana a los 20 años de cárcel (15 por homicidio y el resto por falsedad documental y malos tratos). El jurado consideró probado que la joven sufrió agresiones reiteradas de su pareja durante, al menos, un año. Además, desestimó una alteración de mental por consumo de cocaína. Durante el juicio, el acusado aseguró que tomaban “un kilo a la semana”, exageración desmentida por los médicos con cierta ironía. “Sería un infarto de miocardio, seguro”.
El tribunal ya sabe quién mató a Ana María Ramírez. La familia siempre lo sospechó. Ahora lleva flores a un puente y recuerdo a la  almeriense con una sonrisa y adornos de fiesta azul en el cuello.


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