Su llegada hace justo 15 años al Levante Almeriense supuso mucho más que la apertura de una librería. Tanto es así que, coincidiendo con este aniversario, el escritor invitado para presentar su nuevo libro definió esta librería como "una isla de libertad y una agencia de viajes".

No le faltó razón a Diego Caler, que presentó su obra ‘Las dos gravedades’ junto a Enrique Fernández Bolea este miércoles, el mismo día en el que el Espacio Lector Nobel celebraba su cumpleaños. Y es que fue en 2010 cuando Rodolfo Criado se encontraba a la búsqueda de un libro para el que no le quedó más remedio que desplazarse a la ciudad murciana de Lorca si quería hacerse con él.

Ante esta tesitura, decidió que ni él ni ningún otro vecino de Vera tuviera que volver a viajar decenas de kilómetros para conseguir el libro deseado. Ni corto ni perezoso subió por primera vez la persiana de la Librería Nobel ese viernes, 29 de enero de 2010.

Pese a que durante estos quince años “han cerrado muchas librerías”, tal y como reconoce Rodolfo, el paso de esta década y media se le ha hecho “corto”. ¿La razón? Tan simple como hacer su trabajo con la pasión que muestra cada vez que un cliente pone un pie en su establecimiento. “El trabajo en una librería es muy agradable por el contacto con el lector, que te cuenta cómo le ha ido, qué ha sentido con el libro…”.

Paradójicamente, durante su reflexión en la Cadena SER Levante acerca del paso de estos años, lo que Rodolfo recomienda es que “si te gustan los libros y leer, no abras una librería” ya que “no te queda tiempo. Son tantos los procesos que tienes que atender con las novedades, los plazos y las logística del libro…”.

Aún así, reconoce que estos años trabajando entre obras de todo tipo en unos cuantos metros cuadrados le han aportado, sobre todo, gozar “del trato con tanta gente y autores interesantes”. Gente, lectores y amigos, desde luego, no le faltan, ya que Nobel no se ha convertido en un lugar de peregrinaje tan sólo para lectores veratenses o del Levante sino que incluso cuenta con clientes habituales que llegan desde pueblos como el de Macael, a unos cuantos kilómetros.

Y es que, cuando quince años después la Librería Nobel sigue siendo un referente, es por algo. Más allá de las amenazas generales que existen sobre el sector como el libro electrónico, a Rodolfo le ha tocado vivir otros acontecimientos más que inesperados y que se han llevado por delante otros tantos negocios como el suyo, como fue el caso de la pandemia.

Sin embargo, al hablar del presente y el futuro del sector subraya que en general las librerías “hemos crecido”. “Poco antes de la pandemia ya teníamos un crecimiento sostenible de entorno a un 4% o 5% anual y ahora seguimos creciendo, por lo que la lectura se ha recuperado” pese a los “agoreros” que anunciaban un pronto final del papel ante la irrupción de otros medios y tecnologías.

A estas alturas son más que conocidos los motivos de todo tipo por los que una invitación a la lectura se hace imprescindible, aunque el gerente del Espacio Lector Nobel los resume en una frase. “Dicen que el que no lee vive una sola vida y el que lee vive varias”.

Por cierto, por si alguien acaba de finalizar su última novela y busca una nueva “vida” en la que adentrarse. El libro que terminó de empujar a Rodolfo a que Nobel fuese la realidad que es hoy no es otro que ‘La soledad de los números primos’.