Primero doce, más tarde once, y al final se construyeron nueve. Y Balerma se quedó sin ninguno. Ese fue el ambicioso proyecto que el Partido de Almería (PAL) presentó durante aquellos -olvidados ya- tiempos de bonanza, y que ahora, siete años después, se quedaba en agua de borrajas. Al menos, hasta que lo ha retomado el nuevo equipo de Gobierno.
“Los nueve chiringuitos se tenían que haber repartido por toda la costa”, se apresura a aclarar la concejala de Turismo ejidense, Luisa Barranco. Y es que, aquellos dos establecimientos pensados en su día para Balerma nunca llegaron a construirse. De hecho, de los nueve que hay distribuidos por la costa, los dos ubicados en la playa de Guardias Viejas “solo tienen el techo y los pilares, la estructura”, apunta Barranco.
Dos, en estructura
Y por ello, ante la falta de demanda para su explotación, así como, sobre todo, la falta de liquidez para poder terminar su construcción, desde el área de Turismo han preferido dejarlos tal cual y empezar a apostar por los restantes. Y lo han conseguido. Porque de las siete instalaciones fijas que se extienden por la costa de Almerimar, todas están ya adjudicadas y preparadas para afrontar la temporada.
Esta misma semana en Pleno, la corporación apoyaba las tres últimas adjudicaciones, de modo que todo el mapa está completamente ya dibujado y listo para comenzar con muy buen pie la época estival.
Aunque de los siete seis están dedicados a ofrecer un servicio de comida y bebida, el número 3 irá dirigido a un fin totalmente distinto, el deporte naútico. “Lo va a llevar la empresa de nuestro campeón mundial de windsurf, Víctor Fernández, que siempre ha apostado por este espacio y sobre todo, por nuestro municipio”, recordaba la edil de Turismo. De este modo, y como añade, “vamos a poder convertirnos en un gran reclamo turístico en esta materia”.
Vuelve el de toda la vida
Pero sin duda la principal novedad de este verano en lo que respecta a chiringuitos la desvelaba a LA VOZ la propia concejala. “Habrá uno en la arena donde termina el puerto deportivo, frente al edificio Jaleo de Almerimar”, adelantaba. Si bien es cierto que esta instalación móvil no tendrá más de 20 metros cuadrados -por  exigencias de la consejería de Medio Ambiente-, desde el equipo de Gobierno dejan claro que van a luchar porque este espacio sea mayor. Eso sí, la concesión de momento se hará de forma provisional hasta que la Junta la admita como definitiva.
Con el único sabor amargo que provoca tener que hacer frente a una deuda de 2,4 millones de euros, porque el PAL “no pagó nada” -una cuestión que está en los tribunales-, Barranco se muestra orgullosa del trabajo realizado y de poder decir además “que se ha llevado a cabo una rebaja en el canon de 300 euros al mes”. Ahora Almerimar sí que puede mirar al mar.