Los bomberos celebran su patrón, San Juan de Dios, y por eso ayer y hoy abren las puertas de su parque municipal para que los almerienses puedan ver y comprobar cómo trabajan.

La jornada comenzó a las once, cuando ya se pudieron ver a numerosos padres con sus hijos. Todos podían circular por las dependencias de este cuerpo tan importante para la protección y seguridad de los ciudadanos. Pero las estrellas son los camiones, los nuevos y los más antiguos. Los niños se subían a ellos sonrientes mientras sus padres les echaban fotos con ganas de hacer lo mismo.

Otros pudieron pasear por las instalaciones. En el salón de actos se ofrece una exposición con material e instrumentos usados en los últimos cuarenta años de este servicio: cascos, hachas, lanzas y mangueras, dosificadores de espuma, aparato geofónicos para detectar personas atrapadas mediante ultrasonidos, elementos de seguridad en escalada y rapel, equipos de respiración o, entre otros, trajes ignífugos de protección, que pesan entre 6 y 15 kilos.

A las doce, por la megafonía se avisó de que iba a empezar el ejercicio de simulación. El de ayer consistía en evitar una catástrofe mayor tras el accidente de un turismo y un camión cisterna. El depósito vierte combustible al exterior, con el peligro de explosión, incendio y contaminación que ello conlleva. Tras sonar la alarma habitual, comienza el entrenamiento ante decenas de miradas expectantes. Dos vehículos se aproximan en segundos y los bomberos equipados despliegan en segundos dos mangueras, que servirán además de contención del líquido inflamable. Por la megafonía, un bombero explica cada paso. Mientras esto ocurre, el dispositivo de guardia no descansa, en cualquier momento se puede recibir un aviso y entonces, lo que es un entrenamiento para ellos, un juego para los niños, sería un caso dramático real.

Los almerienses que no pudieron ayer ver este ejercicio de entrenamiento podrán ver otro hoy, con fuego real, una simulación de incendio doméstico. Será hoy a las 12 del mediodía.