Alfredo Pérez Rubalcaba, precandidato socialista a la secretaría general del PSOE, buscó ayer votos en Almería con un objetivo bien claro: situar a Andalucía en el centro del debate político y de su propia campaña. Ante más de 200 personas que se dieron cita en el Hotel Elba de la capital, Rubalcaba reclamó un liderazgo útil “y el mejor” para el PSOE a nivel nacional y para que ello sea posible es indispensable que en Andalucía se ganen las elecciones autonómicas.

Sin esa victoria, según el precandidato, será difícil la remontada socialista. Y sin los votos de Andalucía en la batalla electoral interna del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba sabe que no tiene garantizado el triunfo sobre Carme Chacón. Esta semana, el exministro de Interior ha buscado votos en Sevilla y ayer lo hizo en tierras almerienses, con claros guiños al líder andaluz, José Antonio Griñán, para que se decante por él una vez que finalice el periodo de “neutralidad activa”.

Frases como “El PSOE es un invento andaluz” o “Los socialistas españoles debemos mucho a los andaluces” fueron interpretadas como un claro síntoma de que Andalucía se sitúa como pieza clave en los dos escenarios electorales. De lo contrario, según advirtió Rubalcaba, “la derecha ocupará todo el poder”.

En un acto que se desarrolló por espacio de casi una hora ante los medios de comunicación y otra hora más a puerta cerrada ante los militantes para que Rubalcaba respondiera a preguntas y reflexiones de éstos, el precandidato justificó sus aspiraciones. “Me presento para ser útil a mi partido”, proclamó.

“Os pido que votéis al candidato que creáis que es más util y mejor para el partido. No votéis contra nadie, sino a aquel que lo haga mejor. Si lo hacemos así, no perderá nadie y ganará el conjunto de los socialistas”, opinó.

Sin renunciar a su pasado - “me siento muy orgulloso de haber sido ministro con Felipe y José Luis” -, Alfredo Pérez también hizo un discurso en clave interna de futuro del PSOE. Así, reclamó “cambio y unidad” y fijó las metas para los socialistas: ser de mayorías, representar a las clases medias, ser un partido intergeneracional de jóvenes y mayores y lograr un partido que diga lo mismo en todas las partes.

Rubalcaba no ocultó que el PSOE pasa por el momento quizá más difícil de su historia y ante esa circunstancia recetó, sobre todo, “trabajo”. “En momentos como este tenemos que echar el resto, y cuando se nos pide más, hay que dar más. Y más, es más de lo nuestro: más socialismo, más democracia, más participación, más integración y más unidad”, concluyó.