La federación de AMPAs de Almería alerta: "Incluir no es sentar a todos en el mismo sitio, es garantizar que todos pueden participar"
FAPACE señala la inclusión real es imposible sin recursos ni formación

En las aulas conviven necesidades diversas.
En los discursos institucionales se repite con firmeza que todos los alumnos y alumnas están incluidos. En la práctica, sin embargo, muchas familias viven una realidad muy distinta.
Desde FAPACE —la Federación de Asociaciones de Familias del Alumnado de Centros de Educación Pública de Almería— alertan de que la inclusión educativa se ha convertido en una promesa sin sustancia.
“Nos dicen que se ha contratado más profesorado de pedagogía terapéutica, pero en la práctica están haciendo refuerzo general para todo el centro”, afirman desde la federación.
Siglas que se acumulan
La federación lleva años intentando movilizar a las familias para exigir una dotación justa de recursos humanos y materiales. A veces solas, otras en colaboración con sindicatos docentes, pero siempre con la sensación de que la respuesta social es tibia ante un deterioro que afecta a la infancia.
“PT, AL, PTIS, ILSE, ZTS… pero los recursos siguen siendo insuficientes. Las ratios elevadas dificultan una atención individualizada, y muchas veces, el profesorado carece de la formación adecuada para atender la complejidad de necesidades que conviven en un aula. Incluir no es sentar a todos en el mismo sitio, es garantizar que todos pueden participar y aprender según sus capacidades y necesidades”, insisten.
En la federación ponen el foco en lo que no se enseña: el respeto a la diferencia, la comprensión de lo que implica la neurodiversidad, la empatía hacia quien necesita moverse para autorregularse o quien sufre con los sonidos estridentes del timbre escolar.
“¿Acaso no roza el maltrato obligar a un niño a permanecer sentado, llorando, cuando nada de lo que le rodea tiene sentido para él?”, plantean con crudeza.
“La diversidad no es un obstáculo, es una oportunidad. Pero para convertirla en riqueza hace falta una condición irrenunciable: recursos, recursos y recursos. Equidad es garantizar igualdad de oportunidades para que cada persona alcance su máximo potencial, reconociendo que no todas parten del mismo punto”. En otras palabras, dar a cada alumno y alumna lo que necesita. Y eso —insisten— no se puede hacer sin medios.