LA MOLINETA
En Almería, la gente habla con mucho desconocimiento sobre el paraje de La Molineta, al norte de la ciudad. Tanto sobre su ubicación y límites exactos como acerca del origen del término. En sentido estricto, La Molineta de Almería es el cerro que va desde el Colegio Goya hasta los cortijos de Góngora y Terriza, hacia el sur. Fuera de esos límites, no estaríamos en La Molineta. Pero, bueno, aceptaremos que -por extensión- abarque el espacio comprendido entre la rambla de Belén (al oeste), la autovía (al norte), el barrio de Los Ángeles (al sur) y la rambla de Amatisteros (al oeste) más o menos (y todos contentos). ¿Pero por qué el cerro sobre el colegio Goya?... porque allí, en una cota elevada y dominante, situaron en la segunda mitad del siglo XIX una molineta, o molinete, junto al camino carretero que unía al puerto de Almería con las minas de El Pocico, en la Sierra de Gádor. Era un construcción sencilla, con una base de piedra y cemento (más o menos de metro y medio de alto) sobre ella, una pequeña molineta, de hierro y madera, de aproximadamente unos dos metros. El artilugio servía (probablemente) para generar corriente eléctrica y alumbrar parte del camino de El Pocico. No es cierto que el paraje deba su nombre a alguno de los molinos hidráulicos (a los que se empeñan en llamar molinas, para forzar la semejanza entre ambos términos) antaño ubicados en la zona. Aunque realmente, solo me consta el del cortijo de Góngora pero aceptaré la posibilidad de que existiera alguno más antiguo. Porque, para más inri y no obstante, se encontrarían fuera del paraje de La Molineta. Una desgracia, también, la pérdida de esa parte de nuestro legado etnográfico. Pero estamos obligados a ser fieles con nuestra historia, o conseguiremos bien poco (al menos, que perdamos toda credibilidad, por poco rigurosos). Menos inventar a conveniencia y más investigar. He transmitido a nuestro ayuntamiento la idea de construir una réplica de la auténtica molineta… pero como si oyen llover. Seguramente, por desconocimiento y/o desidia. Y pienso que no es una mala idea: recuperamos parte del legado etnográfico perdido, ponemos en valor (a bajo coste) una zona degradada y llenamos de contenidos al futuro parque periurbano de La Molineta. El cual reivindico desde estas líneas, por supuesto que junto con la recuperación de sus elementos botánicos y etnográficos originales adaptando el nuevo parque al pleno disfrute de la ciudad de Almería y preferiblemente con la mayor extensión posible dentro de lo que conocemos actualmente por La Molineta.