Empiezo a estar cansado de pasear con mi perro y tener que ir esquivando ese polvo amarillo que inunda las aceras. Soy consciente que muchos de los dueños son incívicos y dejan que sus mascotas orinen en puertas y fachadas pero no podemos dejar que se emplee una sustancia venenosa para tratar de solventar el problema. Es trabajo del ayuntamiento informar y denunciar a esa comunidad de vecinos que el vertido de residuos en la vía pública es un delito y que el azufre es una sustancia altamente peligrosa, tanto para las mascotas como para los humanos, que puede afectar a la salud cuando es inhalado, ingerido o entra en contacto con la piel. Por último, me gustaría informar a aquellos que atentan contra la salud física con el método del azufre, que no existe evidencia científica de la eficacia de este producto y que deberían probar con botellas de agua, algo más inofensivo y efectivo que no maltrata al animal.