Estamos hartos de tantas palabras, promesas de nuestros representantes en el ámbito político y también muy preocupados por el futuro de nuestra Nación (España). Esta Nación, fruto de una historia en común desde hace muchos siglos y, que a pesar de nuestros altibajos, en momentos puntuales, hemos sido capaces, unidos, de salir adelante.

Cuando oigo siempre la misma cantinela a nuestros políticos, con la que tenemos encima, y solo hablan para criticar y destruir al adversario. Actúen de forma correcta y honesta y el pueblo les creerá.

¿Dónde está el estilo y la educación política? ¿Cuánto nos falta para oír aquellos discursos políticos que hacían los grandes estadistas  del siglo XIX y principios del XX? Lean a Pi y Margall, Sagasta, Cánovas del Castillo, Azaña, Unamuno, Ortega y Gasset etc. ¿Cuándo volverá el sentido común y el sentido de Estado? Adolecemos en política, la falta de hombres y mujeres formados y con estilo, para poder atajar con sentido de la responsabilidad los problemas que  hemos tenido que soportar para llegar a la situación en la que estamos. No tenemos líderes con las suficientes agallas para reavivar esos principios básicos y de la Nación, que por infinidad de motivos se han ido apartando y excluyendo de la realidad institucional. Las consecuencias, las tenemos ahora. El pueblo ha decido, por su desesperanza, por su sabiduría, por su falta de educación política, histórica, filosófica ó por la corrupción de los dos partidos mayoritarios, que aparezcan estos partidos populistas y separatistas. Señores, esta es la democracia. Pero ojo, este es el origen de nuestros desasosiegos y nuestras confusiones por lo que ha aparecido nuevo.

Tengamos valor, afrontemos la cruda realidad de las urnas y no olvidemos de cumplir las normas de nuestro Estado de derecho, para no perder la pasión por la igualdad y la libertad.