Estimada señora delegada, leo sus declaraciones en este medio con una sensación de gran asombro y estupor, ya que me estoy enterando de aspectos desconocidos por mí en referencia a las enseñanzas musicales en Andalucía.

En primer lugar, usted apela al carácter “eliminatorio” de las pruebas de acceso a Enseñanzas Profesionales. Bien, en la ORDEN de 16 de abril de 2008, por la que se regulan la convocatoria, estructura y procedimientos de las pruebas de acceso a las enseñanzas profesionales de música en Andalucía, publicada en BOJA 7 de mayo de 2008, y que es la normativa a aplicar en estas pruebas, no aparece por ningún sitio la palabra eliminatorio. En su artículo 7, que habla de la calificación reza de la siguiente manera: “Cada uno de los dos ejercicios de que consta la prueba de acceso serán calificados con una puntuación de 0 a 10 puntos, siendo necesaria una calificación de cinco puntos, como mínimo, para considerar superado el ejercicio correspondiente.” Es decir, con un 5 dicha prueba está superada. Todo aspirante que alcance dicha nota es merecedor de una plaza escolar pública.

En segundo lugar, usted se refiere a que estas enseñanzas son “post-obligatorias”. El prefijo post significa después, como todo el mundo sabe. Pues bien, las Enseñanzas Básicas de música se realizan normalmente entre los 8 y los 11 años, coincidiendo con 2º y 3º ciclo de Educación Primaria, y las Enseñanzas Profesionales de Música están diseñadas para realizarse paralelamente a la ESO (Enseñanza Secundaria Obligatoria), y normalmente los alumnos las cursan entre los 12 y los 18 años. Hasta donde alcanza mi entender, tanto la Educación Primaria como la Educación Secundaria son obligatorias y los estudios musicales ¡se realizan a la vez! ¿Dónde está el carácter “post-obligatorio”, señora delegada de Educación, Cultura y Deporte?

Por último, si hay 136 alumnos matriculados en el último curso de Enseñanzas Básicas en este conservatorio, que son los aspirantes a estas pruebas y se ofertan 126 plazas para 1º de Enseñanzas Profesionales, hay una destrucción de plazas. Eso sin tener en cuenta que hay aspirantes que provienen de Escuelas de Música, Conservatorios Elementales, bandas de música, y que tienen su legítimo derecho a realizar dicha prueba y acceder al sistema público de educación musical si la superan. La oferta de plazas es insuficiente. Y es en el mes de marzo cuando se hace la oferta definitiva de plazas por parte de la Consejería y en el mes de abril cuando se realiza la preinscripción a esta prueba, no en septiembre. Usted sólo quiere ganar tiempo y confundir a las familias, al igual que sucedió el pasado verano.

Como reflexión, quisiera apuntar que la cultura enriquece a la sociedad y la música es un pilar fundamental de la cultura. Una persona formada y culta es más libre, independiente y menos manipulable. No retrocedamos en la enseñanza musical pública, y permitamos el acceso a la misma a todas las personas que lo merezcan por sus méritos.