En ocasiones, mientras caminan sobre las aguas del descontento, los seguidores del Profeta de la Coleta se detienen un momento a contemplar con desprecio y conmiseración al resto de mortales y les dicen que a ellos, los aún no elegidos, nadie puede criticarlos porque son tan inmaculados como infalibles. Por eso, cuando los emponzoñados miembros de la casta salen de su hedionda caverna y les recriminan que en realidad no son más que una sucesión consignas y ocurrencias que han llevado a la ruina a los países donde se han puesto en práctica, les miran con displicencia y les entonan eso que cantaban Las Grecas hace cuarenta años: “Tic-tac-tic-tac”. Pero mientras suena la canción del reloj, los apóstoles del Hombre que Susurra a los Cabreados guardan silencio tras la última equiparación de su club de patriotas sin bandera con el catastrófico régimen bolivariano fundado por el golpista Hugo Chavez. Significativamente el que ha venido a coincidir con los plutócratas de chistera y puro que tanto van a combatir es nada menos que el presidente del Parlamento Venezolano, Diosdado Cabello, quien en un acto ante militares de su país no dudó en equiparar a Podemos con Syriza, el movimiento de izquierda vencedor de las elecciones en Grecia, y a ambos con el engendro bolivariano. “Ahí está –dijo- lo que pasó en Grecia y lo que va a pasar en España más temprano que tarde: es el chavismo que anda por el mundo”. A ver de qué modo se desenganchan ahora estos chicos de lo que es evidente. Y también, a ver cómo encajan la cosa en San Telmo, donde la presidenta Díaz hace gárgaras y cuentas con las encuestas publicadas. Llegado el caso ¿acabaría pactando la presidenta roja y decente con este tropel de esclarecidos? Más que una probabilidad, parece una auténtica amenaza.