La Voz de Almeria

Opinión

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Fin de año raro y arranque de 2015 extraño: un hombre que estrella su coche con explosivos caseros contra la sede del PP en Madrid; el prestigioso redactor de la Constitución Miquel Roca Junyent acusando al juez Castro de forzar la legalidad para apuntarse el tanto mediático de juzgar a la infanta Cristina; las chicas que acosaron a una compañera de clase en Asturias, hasta que acabó suicidándose, condenadas solo a cuatro meses de trabajo social porque tenían trece años, lo que equivaldría a un indulto general para los abundantes casos de violencia en las aulas; un joven en tratamiento psiquiátrico que grita en un tren de cercanías de Madrid con una bolsa en la mano, los pasajeros entran en pánico temiendo otro atentado yihadista, y se retrasan cien trenes.


!Qué pena! Con lo bien que iba todo, según Mariano Rajoy. Con la prima de riesgo que baja de los cien puntos después de cuatro años y medio de vuelos altos. Y con lo sobrados que ya volvemos a mostrarnos los españoles, tanto, que  a la toma de posesión de Dilma Rousseff, presidenta de una potencia como Brasil, no enviamos a nadie, salvo al embajador que estaba por allí. Obama, más atento, fue representado por su vicepresidente Joe Biden. En España cuando llega el parón de Año Nuevo, estamos a por uvas y si no, que la presidenta de Brasil elija otra fecha menos familiar para tomar posesión.


Pero tapadas por la crónica cotidiana y la página política, con los independentistas vascos y catalanes alarmados ante la irrupción de Podemos, algunas noticias muy relevantes han pasado casi desapercibidas.


¿Saben cuantos jóvenes españoles militan en la filas del sanguinario Estado Islámico? Setenta y siete por lo menos. Reclutados en mezquitas y atraídos por la misión histórica de reconquistar el Califato, que incluye a España, y quizás de paso porque "pagan bien", según una comunicación interceptada, no somos conscientes del peligro que conlleva.


Forman parte del contingente europeo de tres mil que combaten sin escrúpulos y algunos de ellos, franceses, ya han sido identificados como autores del degollamiento de rehenes.


Basten estas noticias, sumadas al terremoto electoral previsible en este año para sustentar la afirmación contenida en el titular. Hace cuatro años, en el 2011 también coincidieron elecciones municipales, autonómicas en 13 regiones y además generales. La diferencia sustancial estriba en que entonces el vuelco se produjo hacia el PP, como años atrás sucedía hacia el PSOE, y esta vez el contenedor del bipartidismo tiene agujeros y en algunos territorios puede reventar. Año incierto, sin duda. Seguramente el mas incierto desde la Transición.


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