Noticias sobre el hambre en el mundo
Hablar del hambre tras llenar el estómago se parece al camionero que afirmaba haber aprendido música trasportando pianos
Ayer fue un día propicio para meditar sobre el hambre pero a media mañana se coló en todos los medios informativos la muerte de la Duquesa de Alba y ya no hubo nada que hacer. Frenético ajetreo de corresponsales tanto en Sevilla como en Madrid. Prensa radio y televisión a la búsqueda de especialistas en heráldica para que hablaran de los títulos nobiliarios del doña Cayetana, amén de sus palacios, fincas y tesoros que se hunden en lo más remoto de nuestra historia imperial. No sé qué tiene la fecha del 20-N que parece que la escogen para marcharse los Grandes de España junto a los que aspiran a ello. Por si fuera poco, una tonadillera famosa, canto y lágrimas, una mujer que proviene del mundo que tanto amaba la Duquesa ( gitanos, toreros, costumbrismo folclórico, en suma) estaba a punto de entrar en la cárcel por culpa de un amor enloquecido no exento de desatinada codicia. Para qué queríamos más. El hambre podía esperar. Tanto la prensa seria como la de la basura se multiplicaron para tenernos puntualmente informados sobre el entierro de la aristócrata, que buena gloria haya. No obstante, hay tomar nota de la conferencia pronunciada por nuestra reina en Roma con intervención también del Papa Francisco, se celebraba la II Conferencia internacional de la FAO. Doña Letizia recordó la nada consoladora noticia de que hay actualmente 850 millones de personas que padecen hambre en el mundo. Hablar del hambre no es fácil. Solo quienes la padecen saben lo que es. Yo mismo si tengo alguna idea es porque en mi niñez cerraban los molinos harineros, se incautaban las panaderías y había que comer sin pan. Cuando pude gozar de una hogaza sin restricciones en el colegio de la posguerra fue ya mucho después. Por eso digo que hablar del hambre tras llenar el estómago se parece al camionero que afirmaba haber aprendido música trasportando pianos. El Papa fue más incisivo en su palabras sobre el hambre. Acusó a la prioridad del mercado y a la desenfrenada ambición especuladora del sistema como fuerzas ciegas que favorecen la desnutrición. Bien por el Papa Francisco. Al menos dice las cosas sin oscuras simbologías.