La Voz de Almeria

Opinión

TV nacional de partido

Tan nacional es el Partido Socialista como el Partido Popular pero la derecha no quiere entenderlo así

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El cruce de golpes constantes entre PP y PSOE, sobre todo en cuestiones de corrupción, hace pensar con frecuencia que las ejecutivas fueran la misma cosa. Es ésta una tesis defendida incluso por los otros partidos minoritarios para hacerse valer ante su electorado. Y no, no son lo mismo ni en la concepción de la sociedad, ni en el modo de organizar la existencia, ni tampoco en la filosofía moral que subyace en la lucha política. Tal vez la confusión proceda de la corrupción innata al hombre codicioso que no pierde ocasión de hacerse rico en un pis pas. Pero en realidad las diferencias las vemos mejor en pequeños temas. Entre las muchas críticas que Rajoy hace a Pedro Sánchez no está la de la televisión. Se sabe que Zapatero consiguió profesionalizar la Caja Tonta poniendo al frente de la misma, no a parias adocenados de la Casa del Pueblo, sino a técnicos plurales y curtidos en la materia. A juicio de los entendidos, este período fue de esplendor televisivo con numerosos programas premiados y del gusto del público. Desde que tomara las riendas el PP, la política informativa ha cambiado no poco. Para empezar han vuelto de nuevo los directores militantes que ahcen una televisión más de partido que nacional. La palabra nacional arrastra una confusión táctica que viene desde la guerra civil. Tan nacional es el PSOE como el PP pero la derecha no quiere entenderlo así. Se supone que los nuevos cargos introducidos por el PP al frente de la televisión no serán para criticar al Rajoy gobernante sino más bien para bien para destacar sus éxitos sin errores. Nos viene encima un tiempo febril de elecciones municipales, autonómicas y generales y la cosa no anda como muy boyante en torno a perspectivas electorales Se dice incluso que Podemos podrá alzarse con el triunfo. Estamos pues a un paso de una guerra en las ondas donde otra vez se confundirán los intereses nacionales con los de un sector minoritario que dispone para más inri de más de la mitad de los medios de comunicación. La ceremonia de la con fusión será pues muy grande. Hay que prepararse para oír cosa gordas y mentiras como castillos de Walt Disney. Sobre todo en Televisión española donde la realidad es fácil de ser transformada en ficción.


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