Construir leyes sobre la arena
¿Cuánto dinero generaron las licencias otorgadas? ¿Dónde fue a parar? Eso no parece preocupar a nadie
San Mateo decía que el hombre prudente construye su casa sobre la roca, aunque sea más caro, para que las lluvias, los ríos y los vientos no se la lleven. Sin embargo, el imprudente la construye sobre la arena, con lo cual es fácil deducir el final del versículo: “…y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.” Es de suponer que esta piadosa lección de sistemas constructivos es aplicable a Galilea o Samaria, pero si el imprudente es inglés y ha comprado una casa en Almería, lo del Diluvio Universal es una broma en comparación con la que le puede caer de la mano de la Junta, el rayo que no cesa en Andalucía. Da mucha cosica ver ahora a los pobres jubilados ingleses tan contentos por el nuevo anuncio de regularización que acaba de hacer el gobierno de Susana Díaz para las miles, repito, miles de casas ilegales construidas durante años. Pero recordemos que todas y cada una de estas casas fueron construidas con el visto bueno y el aprovechamiento de quienes, al darse cuenta de lo que les había crecido el parque inmobiliario alternativo, anunciaron primero su demolición implacable aunque ahora se disfracen de generosos para perdonarles la vida. Pero la reflexión no debe centrarse en la presunta buena voluntad de la Junta, sino en la pasmosa capacidad de permitir la construcción de miles de viviendas fuera de ordenación por unas administraciones (Junta y ayuntamientos) que presumiblemente hubieron de ser conscientes en todo momento de la golfada. ¿Cuánto dinero generaron las licencias otorgadas? ¿Dónde fue a parar? Eso no parece preocupar a nadie. Y ellas y ellos saben que con anunciar que el indulto no afecta al Algarrobico habrá quien se dé por satisfecho. Pero el bochorno de ver que las leyes pueden moldearse como el adobe ha tenido, y tiene, proporciones bíblicas.