La Voz de Almeria

Opinión

Era Juana Tormentas

“El día que la conocí, ella no tardó en decirlo: soy como un rayo, pero que va desde la tierra a la nube”

Publicado por

Creado:

Actualizado:

En:

El aire ya le olía a agua y ella misma se convertía en agua, este espacio entre el presentimiento y la transmutación, era Juana Tormentas, nacida una madrugada, en el mismo instante que un rayo  sacudía hasta los cimientos del Hospital. Todo quedó  a oscuras, su madre  dio un alarido de dolor y terror que  resonó en el mismo corazón de la tormenta. Quien podría pensar que después de un nacimiento semejante, fuera de alma apacible y de  un carácter dulce, sosegado como las aguas de una balsa. El día  que la conocí, ella no tardo en decirlo: soy como un rayo, pero que va desde la tierra a la nube. No parecía presuntuosa y no sé muy bien por qué, me bastaban sus palabras, había en ellas y en el ritmo de su voz grave un sonido a música sincera.


Y aunque de Juana Tormentas no sabía nada, nuestro amor vino como el destello del trueno que no se espera, pero que siempre se siente. Nuestras relaciones eran vulgares, como la de la gente que se quiere y se necesita, nada la hacía especial salvo su gusto por salir de la ciudad, cuando la atmósfera se hacía liquida y todo anunciaba el rayo. Ella se electrizaba y la una agitación nerviosa incesante la volvía irritable, algunas veces, otras parecía sumergirse en una melancolía densa de la que nunca lograría regresar. Hace cinco noches me pidió que la acompañara, habría tormenta. Salimos de la ciudad dormida, antes que el rayo atronara entre las nubes negras, apenas hablo durante todo el camino y noté que sus manos temblaban cuando acaricio las mías. 


Nada más detener el coche me dijo que hoy no iría con ella, que la dejara sola. Se alejó y a intervalos la luz de los rayos rajaban el cielo, como un puñal que entra desordenado en el cuerpo herido. Sólo a unos cuantos metros de mí y aún más cerca de mi deseo por retenerla, la vi por última vez. Ella era un rayo, pero que  va desde la tierra a la nube, esas fueron sus primeras palabras y que sólo ahora puedo  comprender.


Regresé a nuestra casa y la tormenta aún se colaba por las ventanas, pensé que tendría que denunciar su desaparición, pero creía que habría enloquecido y sabía que me traería problemas. En la tierra hay más de catorce millones de tormenta cada año y miles  de millones de rayos, solo ella un rayo de tierra.


tracking