Una hipótesis científica es una proposición aceptable que se formula a través de la recopilación de datos que, aunque no estén confirmados, sirven para ofrecer respuestas cuyo valor reside en su capacidad para establecer relaciones entre los hechos y explicar por qué se producen. Eso vale para los laboratorios. Y luego está el secretario provincial del PSOE almeriense, José Luis Sánchez Teruel, que gusta de convocar a los periodistas almerienses para ofrecerles un amplio abanico de hipótesis delictivas. La otra mañana volvió a llamar a los atareados profesionales de la prensa almeriense y no para darles alguna noticia, sino para hacerles partícipes de sus suposiciones acerca de los delitos que “supuestamente” “habría podido cometer” algún alcalde del PP en materia de contrataciones, adjudicaciones y otros asuntos financieros. Vaya usted a saber. No estaría mal que algún periodista, alguna vez, interrumpiese este tipo de cascadas mentales para sugerir al parlanchín de turno que se deje de exponer sus conjeturas y que les cite en la puerta del juzgado en donde acabe de interponer la denuncia contra el golfo al que amaga pero no se atreve a dar. Si el señor Sánchez Teruel o cualquier otro convocante de ruedas de prensa tienen la constancia de que lo que apunta es cierto, mejor que no moleste a los periodistas con sus deducciones o sus malabarismos verbales y que en lugar de darles cháchara inconsistente les presente fotocopia de la denuncia presentada. O eso, o que alguien le pregunte las razones que le llevan a no colaborar con la justicia si, a pesar de conocer la comisión de un delito grave, no lo denuncia en el órgano judicial competente. Hacer seguidismo de estas convocatorias en las que la sospecha acaba elevada al rango de noticia no sirven ni para hacer justicia ni para hacer periodismo.