El presidente de la Cámara de Comercio da plantón a Valderas
El presidente de la Cámara de Comercio da plantón a Valderas
No es ese el camino, le recordó el vicepresidente andaluz a los empresarios almerienses en su última visita a la provincia. Y tiene razón el señor Valderas, pero tampoco es el camino para que en Almería les respetemos a ustedes el que han tomado los llamados políticos sevillanos y que nos ofrecen a los ciudadanos almerienses como lentejas: “Si quieres las comes y si no las dejas”. No es bueno dejar plantado al poder, cierto, se puede tomar sin prisas la dulce y tan temida venganza. Estoy convencido de que la habrá, la venganza, y que Diego Martínez Cano, la Cámara de Comercio y los almerienses pagaremos el plantón, si es que éste se ha producido.
Desde hace más de 30 años venimos soportando unos gobiernos que nos han abandonando a nuestro destino, por lo que ya no nos asustan las amenazas del vicepresidente de la Junta de que ese no es el camino.
¿Ha plantado de verdad el presidente de la Cámara al vicepresidente de la Junta? Uno piensa que no, que don Diego ha sabido jugar sus cartas. Según las palabras del almeriense no se encontraba en Andalucía, pero que si hubiera estado tampoco habría acudido.
El pero es muy importante don Diego. Si usted hubiera estado en tierras andaluzas no sabríamos lo que de verdad habría hecho. Podemos creer sus palabras, pero no es “palabra de dios” para que de ella hagamos dogma de fe. ¿O sí? Supongo que lo comprende. Al estar fuera del territorio andaluz no podía estar en la reunión, por lo que el plantón se queda en un eufemismo.
No estuvo usted con el vicepresidente, es cierto, pero tiene una coartada perfecta para la ausencia, por lo que no se le puede llamar plantón y mucho menos intencionado, que es lo que se quiere vender por estas tierras.
Ha resultado don Diego un buen jugador de póquer, defiende la ausencia en Sevilla y queda de “puta madre” con Almería. La partida acaba de comenzar. Los faroles funcionan, pero los jugadores se van conociendo y es más complicado que el resto se los crean. Las cartas tienen que ser puestas sobre la mesa, entonces sabremos si de verdad está usted por el plantón o fue sólo una postura ante la galería. Sigo pensando que el camino no lo hemos marcado nosotros, sino ellos.