La Voz de Almeria

Opinión

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Compungido por la galopante depravación urbanística de la ciudad, asisto, inerme y dolido, a la inminente demolición de la castiza pasarela peatonal de Pescadería.Adiós a la sublime atalaya que, a modo de alcázar marinero, iba dejando vista atrás a La Alcazaba para arrumbar al Puerto Pesquero con la certeza de atisbar el reflejo de la selena reina de las mareas en el espejo del “inmenso coral que es tu hermosa bahía” [(sic) M. Escobar. La lamentable pérdida de este inigualable farallón cegará, para siempre, el incansable destello de guardianes y guías de pescadores y navegantes; en lontananza, Cabo de Gata; y en las inmediaciones, San Telmo.


No hacía falta ganar andariveles de vergas ni escalar flechastes en los brandales, el paso elevado nos ofrecía la panorámica de grácil gaviota. Qué deleite observar desde esta cofa de singular privilegio las montañas de granel a la intemperie, la nueva fortificación de contenedores o la serena senectud de los tejados de Uralita, sin menosprecio del familiar aroma -también arrebatado- de las naves de La Foca; por cierto, inminente víctima de la insaciable piqueta municipal del bastión histórico almeriense. Ahora, esa gaviota que acompaña a las traíñas graznando la algarabía de una abundante pesquería, se convierte en amenazante plomizo destructor del “istmo de la alegría”. No en vano, qué son los puentes y pasarelas sino istmos que salvan las distancias y aproximan amores, esperanzas y añoranzas.


Atrás quedan jirones como grímpolas que, en su día, anunciaron el enlace de Paco y María. Ahora, la empavesada matrimonial de Joshua y Vanessa desaparece en compañía de ajados gallardetes que recuerdan fiestas de convivencia sindical (huelgas) que se resolvieron sin la menor molestia y edificante civismo.


Desde mi atormentada soledad, no atisbo defensa y resistencia alguna al excepcional patrimonio repleto de belleza e historia. No aguanto más. Prorrumpo en sollozos, cuando aún húmedo mi rostro en el llanto por la muerte del Toblerone, se mezclan sensaciones salinas y ferruginosas. Quizá sea eso: de pasarela.


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