Jornada en blanco de la política
Jornada en blanco de la política
Horacio aconsejaba al joven y futuro artista no parar un dia. Nulla die sine línea. Quienes pasamos la semana al pie de la actualidad política tan casposa y pesada como ustedes se imaginan, terminamos con el alma estragada con tanto Bárcenas por aquí y tanto ajuste extranjero por allá. Así que me van aperdonar hoy una jornada en blanco.
Me apetece volver al viejo lirismo de aquellas composiciones escolares en que el profesor nos mandaba que escribiéramos sobre la lluvia o sobre los colores del cielo al atardecer. La tentación de hacer literatura en vez de periodismo persiste siempre como un mal incurable. Hay gente que no distingue una cosa de otra y así, cuando en las excepcionales horas en que se sienten inspirados se lanzan a comunicar a sus conciudadanos cosas que a éstos ni les va ni les viene, como, por ejemplo, en qué nota sonará la trompeta en el día del juicio o cómo tendran los ojos los marcianos que nadie ha visto. Alguna vez tenían que ser noticia las otras cosas de las cuales nadie habla en los periódicos por aquello de que lo importante es nuestra vida en común. Vemos algunos ejemplos intrascendentes pero vitales para nuestro equilibrio mental. Bajando hacia el mar, en las paredes de un chaletito de esos que perdonaron su derribo aunque fuese ilegal, un adolecente enamorado ha puesto este verso: “ Todo es posible con ella; el paraíso se llama Beatriz”.
A la luz genesíaca de esta mirada , el mundo duro que nos rodea y del cual no paramos de reproducir desgracias continuas, adquiere otra perspectiva. Es media mañana. Hace un sol espléndido. Los bañistas se aprestan a colocar sus sombrillas sobre la arena. Hay en el aíre como un ligero desdén informativo.
La mayoría no quiere saber nada de lo pasa en el país a no ser alguna historia de las revistas del corazón donde entre grandes amores y heráldicos casamientos, constatamos que los ricos también lloran. Los niños juegan con sus cubitos en la arena al borde del agua. De vez en cuando la ola traicionera rompe sus reservas indias construídas con tanto esmero. Es mediodía. La familia visita el chiringuito. Muy lejos un velero escribe su poema sobre la línea del horizonte.