El Toblerone será derribado en tiempos de ocio y de calor
El Toblerone será derribado en tiempos de ocio y de calor
El ayuntamiento de la capital ha dado permiso a la propiedad para que el toblerone sea derribado este verano. ¿Por qué hay colegios cerca o porque durante el estío nos cuesta movernos más a los humanos? Elijan la que escusa que les parezca más oportuna. Los que hay que apuestan por la primera, está muy bien traída, y los que creen que con la segunda se paraliza a la plataforma Salvemos el Toblerone, que andará sumergida en las azules aguas de nuestras playas. Sea la que sea, lo cierto es que el toblerone puede dejar de ser una imagen del pasado de nuestra ciudad.
Me he decantado más de una y de dos por el mantenimiento del armatoste. Creo que es un ejemplo de lo que fue la ciudad durante un tiempo y que no debía desaparecer. Es increíble que los divinos de la Junta tengan tantas lagunas a la hora de defender el patrimonio histórico y cultural que nos rodea. La historia no se mantiene o se respeta porque nos guste más o menos, sino porque forma parte de lo que hemos sido en el tiempo. El toblerone ha sido un elemento, para bien o para mal, que ha marcado una etapa del comercio en Almería. De la noche a la mañana, y con el silencio cómplice de la oposición en el ayuntamiento, nos enteramos de que los dueños del inmueble ya tienen el permiso para su derribo. La piqueta buscará, en días de calor, dejar como un solar uno de los pocos edificios al que podemos denominar de singular.
Se podrá decir de él que es feo, raro, armatoste, monstruoso y que encima estorba la visión de nuestro azul o verde mar. Siga, no pare. Todo le cabe. Así es el toblerone, como un gran y feo baúl del siglo pasado que esconde y guarda parte de la historia económica de la capital y de la provincia. Pero nos guste o no es nuestra historia. Y va a ser olvidada, alejada de la vista por los intereses económicos de unos pocos y de la ceguera de unos políticos que no son capaces de ver más allá de sus narices. Hablando de las vistas ¿creen ustedes que los propietarios van a dejar el solar para parque y con vistas al mar? Ilusos. Los ciudadanos somos unos ilusos y así nos va.
Entre unos y otros, promotores y políticos, Almería va perdiendo la pequeña historia que atesora. Cuánto daño causa una piqueta en manos de un imbécil.