Si nos atenemos a las declaraciones de los partidos que hacen oposición a Luis Rogelio en el ayuntamiento de la capital, ya se le puede entonar un responso al plan general de ordenación urbana. El pobre está R.I.P. No le gusta a Joaquín Jiménez (Psoe) y lo critica Rafael Esteban (Iu). Darlo por muerto. Se desgañita el señor Venzal diciendo que se está elaborando de la “manita” de la junta. Pero todo apunta a que una “patada” en las posaderas va a recibir a su paso por Sevilla. ¿Cuántos puntapiés o coces se ha llevado Luis Rogelio en sus traseras por culpa del Pgou? ¿Cuántos años esperando que se apruebe un plan para la capital? ¿Cuántas reformas se han producido ya? ¿Cuánto les ha costado a los almerienses el enfrentamiento entre ayuntamiento y junta por esta cuestión? Y luego no quieren que estemos hartos de políticos. Si los que mandan en Sevilla (Iu y Psoe) dicen que no les gusta el plan del Pp, no entiendo lo de la “manita” don Pablo. ¿Quién tiene la culpa? Ninguna de las partes. Oyéndoles, ninguna de las partes. Al final la tenemos los ciudadanos por haber votado a tanto incompetente como tenemos en la política local y regional. Tiempo le ha faltado a doña Encarna Caparrós para salir apoyando a su compañero en el ayuntamiento: “No veo claro el Pgou de la capital”. Y si se pone lentillas, ¿lo verá más claro la señora Caparrós? Ni por esas. Como tampoco se fía mucho de Santa Lucía, no creo que ésta le conserve la vista para ver mejor el Pgou. Y como ahora es ella la que tiene influencias en las riberas del Guadalquivir, plañideras están dispuestas a derramar sus lágrimas por un nuevo intento del Pgou.