Sobran viviendas
Sobran viviendas
En la economía primitiva la oferta venía determinada por la demanda, de modo que a un carpintero, por ejemplo, no se le ocurría hacer más mesas que las que tenía encargadas de antemano. Vino luego el genio del sistema y se dijo para si: "Coño, aquí lo que da millones es la producción en serie. Ya tendremos tiempo de inventar alguna agencia publicitaria que vaya colocando nuestros productos tóxicos".
Claro, con todo el poder político a su favor, con leyes del suelo que favorecían el ladrillo "a lo loco", como dice ahora Amat, con todos los bancos desmelenados favoreciendo el crédito y con los empresarios encelados en la ganancia fácil, nadie pensó que aquello podía estallar como cuando se pincha un globo de plástico con una aguja. Esta es grosso modo la explicación de la burbuja inmobiliaria. La gente sencilla, a la que habían seducido con el señuelo del piso propio a orillas del mar, cayó en la astucia del trilero y ahora ve que sobran viviendas por todas partes, desde luego mucho más baratas que las que ahora ella no puede pagar. Aquí mismo en Almería, por utilizar datos recientes, disponemos de un stock de 24.000 viviendas sin vender. Son viviendas para que aniden los pájaros como las del Algarrobico. Y esto no es lo peor. Lo peor es que todo el sistema está prácticamente muerto. Casi todas las industrias auxiliares de la construcción están con el cierre echado. Ya puede el PP culpar a Zapatero que el ladrillo no se anima ni habiéndose ido el de León. Asi es que avive el ojo Rajoy por que oímos tambores de grandes algaradas contra el Gobierno.