Cuidar la imagen
Cuidar la imagen
Hombres que ofrecen soluciones y engañan son muertos que caminan. De Guindos tiene una gran responsabilidad y cuida su imagen como un chaval de 18 años; en su calvicie debe patinar la mosca de la Tele que también merece punto y aparte. Rajoy debería haber estudiado Arte Dramático antes de lanzarse al ruedo -no me gustan, en absoluto, las expresiones taurinas y muchísimo menos la sangre derramada de tantos y tantos seres humanos cuyo delito fue haber nacido. A la Vicepresidenta, belleza convicta, me gustaría recomendarle que leyera -o releyera- El Libro de Buen Amor, del Arcipreste de Hita y a la Cospedal que se dedique a domar a los cuatro jinetes del Apocalipsis que danzan al son de una música macabra y muy dolorosa. “Quiero florecer entre tus dedos como manojo de flores o gotas de arco iris. Quiero despertarme entre tus labios para hender sus aguas quietas. Quiero que los fuegos de tus soles alejen de mis manos los cielos de la muerte”. El equipo del PP debería irse a un lugar donde la sombra de sus componentes se esfumara, entonces, los que pensamos con la cabeza, empezaríamos a vivir partiendo de cero. En mi soledad veo un perfil y veo la figura estrafalaria de Rajoy escondiéndose en los sitios más recónditos ya que, dentro de sus escasas o nulas luces, mira sin ver las distancias. Sus antecesores no merecen un aprobado pero éstos que saltaban la noche del triunfo como peonzas locas no se si pasarán del cero patatero que tan famoso hizo Aznar. Aquí llega el refrán: “¡Qué poco dura la alegría en la casa del pobre!”