La Voz de Almeria

Opinión

Cuando el hombre vive de espaldas a Dios

Cuando el hombre vive de espaldas a Dios

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Leía haces días en un periódico que “no es verdad, que el hombre sea incapaz de organizar el mundo de espaldas a Dios”. Mas lo que sí es verdad es que el hombre, si prescinde de Dios, lo único que puede organizar es un mundo contra el hombre.
Los que ya hemos vivido muchos años, y recordamos otros tiempos, en los que se vivía con miedo en toda Europa, donde fueron saqueadas  y quemadas las Iglesias, donde mártires derramaron su sangre por el simple hecho de vivir como cristianos, donde guerras de unos contra otros acabaron  con campos de concentración, donde  el que no moría en ellos, eran sacrificados de forma cruel, mantenida por unas ideologías que  creíamos acabadas,  vuelven de nuevo, gracias a Dios de forma mas moderada y mucho menos  numerosos sus miembros,  pero  no exentas del ataque a la Iglesia, su ataque favorito.
Cuando yo leo estos artículos, siento pena de pensar que aquello que  ya habíamos olvidado,  olvido que la Iglesia ha sido la primera en inculcarnos  con su  ejemplo y la predicación del Evangelio, con su cercanía a todos pero sobre todo a los más  necesitados de ayuda, tanto material como espiritual, sobre todo esta última,  que nos lleva irremediablemente a la primera, como cumplimiento del mas grande de los Mandamientos, “el Mandamiento del Amor”. No me explico  como viviendo tan cerca físicamente  de tantos cristianos como nos  dan ejemplo con su forma  de vida   puede alzarse con tanto rotundidad  esas voces agrias contra la Iglesia.
Nuestro actual Papa, Jefe de la Iglesia católica, en aquel encuentro  de la Juventud del año pasado en Cuatro Vientos lo expresaba muy bien al decirnos, “que la vida no es solo lo que nos queda por vivir, sino  que la verdadera vida está  en la que al morir viviremos en la presencia de Dios, en esa Vida Eterna que todos los cristianos  anhelamos.
Y es que Benedicto XVI, quien lo siga lo sabe, lucha por recuperar  con gran sentido común, la idea de Dios y del sentido de la vida, la lucha por la libertad y la justicia y la fraternidad en todos los seres humanos. Sigamos los cristianos  caminando junto a nuestra iglesia, también dándola a conocer, no olvidemos que lleva veinte siglos  viviendo pese a todas las persecuciones habidas contra ella y contra los que en todos los tiempos la hemos seguido. Seamos buenos discípulos de Cristo y siguiendo su camino, que no fue de rosas sino de espinas y  sepamos perdonar, dejando de vivir de espaldas a Dios.


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